La proliferación de excrementos caninos en las calles de Esporles constituye una de las principales quejas ciudadanas en el pueblo. Así lo tienen constatado en el Ayuntamiento, que trabaja para aplicar una iniciativa pionera en la isla, y prácticamente a nivel estatal, para hacer frente al problema: la creación de una base de datos con muestras genéticas de todas las mascotas censadas en la localidad.

El procedimiento que se seguiría sería el siguiente: muestras genéticas de las heces de perros que se encontrasen en la vía pública serían remitidas a un laboratorio de la península, que procedería a identificar la muestra cotejando los resultados con la base de datos municipal. Una vez localizado el dueño infractor de la mascota, el Ayuntamiento procedería a multarlo.

La actual ordenanza municipal contempla multas que oscilan entre los 150 y los 300 euros para los dueños de mascotas que no recojan sus excrementos. Las sanciones se elevan hasta los 600 euros en caso de reincidencia.

"Me duele en el alma tener que acabar adoptando una medida como ésta, pero no quedará más remedio que recurrir a la vía punitiva. Los vecinos están muy ´quemados", manifiesta el alcalde de Esporles, Miquel Ensenyat, quien recuerda que las campañas de concienciación realizadas hasta ahora o la instalación de pipicans no han solucionado el problema.

Ensenyat explica que el proceso a seguir para llevar a cabo este proyecto pasa por una modificación de la ordenanza que regula la tenencia de animales. A través de este cambio, se establecería, junto al preceptivo chipo identificativo, la obligatoriedad de crear una "huella genética" a partir de las muestras de ADN del animal.

Base de datos

Durante unos meses, se iniciaría una campaña informativa y se crearía una base de datos municipal con los perros censados en Esporles.

A continuación, si culmina finalmente la intención del Ayuntamiento, comenzaría la campaña inspectora propiamente dicha. Se seguiría el sistema que han barajado aplicar otras localidades de la península como Getafe o Hernani.

El primer paso sería recoger muestras de los excrementos de canes encontrados en las calles de Esporles. Después, esas muestras se remitirían a un laboratorio que analizaría las heces, identificaría la huella genética y cotejaría esos datos con el censo creado previamente a nivel municipal con las mascotas del pueblo. De esa manera, podría identificarse a su propietario y, en consecuencia, se procedería a multarlo.

El ayuntamiento de Esporles ya ha establecido los primeros contactos con un laboratorio de Sevilla especializado en este tipo de análisis.

En otras ciudades españolas donde se ha planteado este tipo de sistema, el precio de las pruebas corría a cuenta del dueño incívico.