Inversión millonaria a la vista. Al menos eso fue lo que se dedujo del pleno del ayuntamiento de Santanyí celebrado ayer. Durante el debate sobre la aprobación del presupuesto municipal para el año 2014, el alcalde, Llorenç Galmés (PP), desveló públicamente que "inversores alemanes quieren invertir 30 millones de euros en Cala Figuera". Su ambicioso proyecto: un centro sociosanitario, es decir, residencia y todo apunta a un complejo de atención médica tipo clínica geriátrica.

Precisamente durante el debate de cifras económicas e inversiones, el PSOE, liderado por Juli Fuster, criticó, una vez más, la degradación que sufre Cala Figuera. De hecho, muchos vecinos y visitantes lamentan el abandono de múltiples edificios residenciales y comerciales, la suciedad acumulada en distintos sitios, las obras inacabadas, los riesgos para la integridad física de conductores y viandantes, etc. "El estado es en varios lugares deplorable y perjudica la calidad de vida y la imagen turística", denuncian ciudadanos.

A modo de ´contraataque´, Galmés defendió una serie de iniciativas de embellecimiento impulsadas en los últimos tiempos por el consistorio, y reveló el mencionado ambicioso desembolso privado de 30 millones de euros, previstos por capital germano.

Al término del pleno, el alcalde explicó que son médicos las personas que impulsan este plan, que se basaría inicialmente en la compra de una manzana urbana de considerable tamaño. Exactamente las obras se desarrollarían en el área del hostal Mar i Cel, restaurante Cocos, apartamentos Siesta y bar Jota.

El alcalde Galmés incluso detalló en voz alta que entre los propietarios beneficiados por las compras que efectuarían los teutones se hallaría el padre del regidor de Esquerra, Jaume Amengual. Ello provocó el enfado del republicano: "No es la primera vez que se mete [dirigiéndose al alcalde] en cuestiones personales. Esta no es y no será nunca nuestra forma de hacer política. Es de muy mal gusto, una actitud totalmente desafortunada". Galmés ya reprochó en un pleno anterior a Amengual el hecho de que no secundara la huelga educativa, extremo que el republicano desmintió categoricamente.

Galmés subrayó la predisposición de colaborar al máximo con los inversores alemanes.