la limitación del tráfico en la primera línea del Port de Pollença ya intentó ponerse en práctica a finales del verano de 2008 con una experiencia piloto que fracasó rotundamente debido a la elevada oposición de vecinos y comerciantes del núcleo turístico, que denunciaron que el plan se hizo de forma precipitada y sin estudios rigurosos que lo justificasen. En aquella ocasión, se prohibió totalmente el tráfico a lo largo de toda la primera línea. El Ayuntamiento, gestionado entonces por UM y PSOE, tuvo que rectificar y reabrió toda la primera línea en abril de 2009.

A pesar de aquella experiencia fallida, diversos sondeos realizados entre los residentes del Moll constatan que la mayoría está a favor de una semipeatonalización bien regulada.