Hubo un tiempo en que la silueta de Manacor se dibujaba a base de torres de molinos de harina. Cilindros de marés que poco a poco se fueron cerrando, derribando o abandonando a su suerte. Uno de ellos fue el Molí den Beió, edificado en el siglo XVIII con la voluntad de servir a la familia Riera de negocio y sustento a la vez. Pero la fuerza del viento era demasiado azarosa y había que modernizarse, así que en 1927 se instaló un motor de combustión para moler el grano y aumentar la producción.

Fue su esplendor; la expansión llevó consigo la construcción de un sistema más sofisticado de máquinas automáticas, traídas desde Barcelona entre 1939 y 1946. Tres motores eléctricos para dos harineras de trigo y otra de cebada montados en dos pisos que funcionaron con cierta regularidad hasta el 2002, cuando tanto el molino como las edificaciones adyacentes fueron expropiadas por el ayuntamiento de Manacor para albergar la nueva Escola Municipal de Mallorquí.

Desde que su último responsable, Tomeu Riera, cerrara las puertas de la venta al público la harinera pasó al limbo presupuestario. "Teníamos la intención de reformarla llegado el día, pero necesitábamos ayuda para poder legar este patrimonio en condiciones", reconoce la concejal de Urbanismo, Catalina Riera. La oportunidad llegó hace meses por medio de una linea de ayudas planteadas por el Consell.

Un convenio de colaboración firmado ayer y que permitirá que la única harinera en manos públicas de Mallorca, vuelva a funcionar. La administración insular aportará una partida de 27.597 euros y el ayuntamiento de Manacor 14.455 para cuatro meses de trabajo técnico y de restauración del espacio y la maquinaria.

Desde hoy y hasta primavera

De hecho la recuperación de este singular patrimonio industrial empieza hoy mismo, según explica la coordinadora del área, Aina Serrano. Los trabajos serán desa-rrollados por personal especializado del taller de carpintería y herrería de la unidad de patrimonio histórico-industrial y, con la única excepción de los elementos de madera correspondientes al molino original, el resto serán restaurados en el mismo espacio.

En el caso de las máquinas, las intervenciones comprenden labores de limpieza, tratamiento y enlucido de la madera (sepí viejo), el tratamiento de la piezas de hierro, la colocación de las correas de transmisión o la substitución de algunos cristales de la zona de control. Lo que aún queda por determinar es si el uso municipal será solo demostrativo o puede ser comercial a medio plazo.