el grupo municipal de Alternativa per Pollença, único partido en el pleno que votó en contra de la ordenanza, tacha el texto de "represivo" y de tener como finalidad la recaudación. La formación cuestiona que la norma pueda favorecer la convivencia ciudadana cuando establece la "obligación de ser un chivato". Además, cree que es "innecesaria" porque "pretende legislar sobre problemáticas que no se dan en el pueblo y que son más propias de grandes ciudades", y añade que es "clasista" porque "criminaliza la pobreza y la falta de recursos, ya que restringe la posibilidad de algunos que, por su situación económica, sólo pueden tener ocio en el espacio público". También critica la ordenanza por "subjetiva", "tendenciosa", "partidista", "hipócrita" y "demagógica".