Tensa, muy tensa se presentaba la sesión plenaria de anteanoche en ses Salines. Todos los grupos, incluyendo los socios de gobierno del PP local (Convergència per les Illes), estaban molestos por el posicionamiento de la alcaldesa, Maria Bonet, en la última asamblea de alcaldes donde se posicionó a favor del Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL), después de que semanas antes se aprobara su apoyo a la comunidad docente.

Precisamente los primeros que quisieron salir al paso fueron los tres regidores de CxI, quienes presentaron una moción en que no dejaron en muy buen lugar a Bonet, quien se limitó a encajar los golpes. "Queremos manifestar nuestro total y absoluto desacuerdo con la actuación de nuestra alcaldesa, en cuanto a su votación en la mesa de alcaldes del pasado viernes", dijo Tolo Salvà. "También dejar claro que los tres concejales de Convergència queremos afrontar el problema, con voz y acciones propias; un problema que ni hemos buscado ni hemos creado".

Pese a ello el pacto PP-CxI no peligra: "tenemos claro que debemos trabajar por la estabilidad del pacto de gobierno y por el del municipio, con coherencia y estabilidad ante unos momentos que no son fáciles para nadie. Por el bien de ses Salines y el de la Colònia de Sant Jordi, como venimos haciendo desde hace dos años y medio".

Caras de asombro

Todo ello pasaba mientras los representantes de Nous Independents Locals (NIL) y Sud Unificat (SU), Tolo Galmés y Sebastiana Gomila, respectivamente, contemplaban la escena con asombro. Y es que ambos partidos, como Convergència, está ya integrados dentro de Proposta per les Illes (PI) y, pese a ello, no habían sido informados.

De hecho el Sud Unificat presentó otra moción para pedir directamente la dimisión de Maria Bonet como alcaldesa, dado que no había sabido defender la postura del municipio en la asamblea de Palma.

Bonet, por contra, se defendió aludiendo a que lo aprobado en sesión plenaria y lo que los alcaldes contrarios al TIL querían aprobar en asamblea extraordinaria, eran cosas distintas, incidiendo en el apoyo explícito a la huelga de docentes.

La votación no pudo ser más ajustada. Las abstenciones de los tres concejales de Convergència salvaron a Bonet, puesto que los cinco representantes de la oposición (PSOE-PSM, NIL y SU) votaron a favor de la dimisión, mientras que los cinco restantes del Partido Popular en contra. Con lo que prevaleció la decisión de calidad de la propia Bonet para desempatar.

"Esperábamos mucho más de la señora Bonet pero también de Convergència, que en el momento de la verdad ha decidido no opinar dejando tirados a los miembros, en teoría, de su mismo partido", lamentaba Bernat Roig, muy crítico con la gestión municipal, "simplemente no son capaces de respetar el sentido de lo ya votado por una mayoría que representa al municipio".

En este sentido Salvà acusó a los socialistas de "solo querer desestabilizar constantemente al equipo de gobierno. No hay ninguna crisis interna".