Diversos propietarios de cellers típicos y otros restaurantes de la ciudad destacaron que la lluvia fue en cierto modo beneficiosa pues durante la mañana les llenó los locales de público. Sin embargo, algunos apuntaron un bajón en las cenas del miércoles por la noche achacándolo a que la marcha nocturna se ha vuelto más juvenil y que el cliente "de mediana edad sale menos".