El Dijous Bo puede presumir de tener un encanto particular que no ha perdido con el paso de los años y que consigue atraer a gente de todos los rincones de la isla. A pesar de la lluvia, los ´inquers´ y los visitantes que ayer pasearon por Inca se mostraron bastante satisfechos con la edición de este año y la mayoría asegura que repetirá la experiencia durante los próximos años.

Sin ningún tipo de duda, la parte de toda la feria que tiene más adeptos es la muestra de animales, que se ubicó en la plaza del Bestiar. La vecina de Lloseta África Llorente visitó la feria acompañada de su hijo Joan y los animales encandilaron al pequeño. Llorente reclamó que "la organización estudie la posibilidad de que el año que viene la muestra animal se abra al público por la tarde, ya que muchos padres que trabajan por la mañana no pueden desplazarse a la ciudad hasta la tarde, y ya no ven nada". En al misma línea se mostró el ´inquer´ Xisco Ramis y su hija Margalida, quienes solicitaron que el año que viene "se expongan más animales , y así la feria será redonda".

El ambiente festivo que se respiró por las calles y la gran cantidad de comercios y paradas artesanales fueron otros de los puntos a favor que tuvo el Dijous Bo para los visitantes y no fueron pocos los que disfrutan de la jornada en compañía de amigos o familiares. El ´solleric´ Joan Jaume Golart, es uno de ellos, y ayer acudió a Inca en tren junto a un grupo de amigos con los que pasó todo el día, o la vecina de Palma, Maria Rosa Pinya que paseó con su hermana Rosa María y compraron productos artesanales para sus nietas.

Visitas especiales

Uno de los visitantes más veteranos y también más reivindicativos fue Sebastià Moragues, un vecino de Sóller que pidió que el año que viene se habiliten más aparcamientos en la ciudad. "Estoy convencido que la gente compra menos o no compra hasta el final de la jornada por no tener que cargar con las bolsas durante todo el día y el hecho que los visitantes compren tiene que ser una prioridad para el municipio" consideró Moragues.

La fama del Dijous Bo traspasa fronteras, y prueba de ello es que entre los miles de visitantes que se acercaron hasta la ciudad, hubo un grupo de bilbaínos que viajaron expresamente hasta Mallorca para participar en la celebración. Alejandro Caballero contó que su hija visitó hace años la ciudad y quedó tan fascinada por el evento que les aconsejó que vivieran la experiencia en primera persona. La de ayer también fue la primera vez que vieron la feria de Inca de cerca José Luis Cabrera y Adela González, una joven pareja de Palma que afirmó que "el año que viene repetiremos la experiencia porque nos encantan los mercadillos y en concreto, la manera en la que se ha organizado la muestra comercial del Dijous Bo".