­La Muestra de Artesanía de Pollença, eje central de la Fira de Tardor, celebró este fin de semana su trigésima edición, dando un paso hacia adelante al renovar su imagen. Los artesanos conjugaron su saber hacer con las ideas de diferentes diseñadores del municipio y el resultado de su unión se pudo vislumbrar dentro del Convent de Sant Domingo, donde se exhibieron una veintena de creaciones únicas.

El cambio de rumbo de la muestra, que el Consistorio decidió realizar para darle un nuevo empuje e incrementar su atractivo, llamó la atención de los visitantes. Una de las piezas más admiradas fue una creación de madera y hierro que diseñó Lluís Magraner y que convirtieron en realidad los artesanos de 8 Ulls, así como un diseño de Antònia Escanellas que reprodujo Encruia Artesania.

Aunque se modernizó parte de la muestra, los amantes de la vertiente más tradicional pudieron disfrutar también en el claustro de Sant Domingo de una exposición puramente artesanal, donde se exhibieron productos manufacturados y que presidieron las creaciones hechas con carrizo del grupo de jardineros Vimel.

El fuerte viento que azotó ayer el norte de la isla jugó una mala pasada a la Fira ´pollencina´ pero aun así miles de personas no quisieron perdérsela. Además del producto artesano, los visitantes mostraron mayor interés por la muestra payesa que se situó en la plaza Major. Allí se podían comprar sobrasadas y embutidos a buen precio: también atrajo la degustación de cordero que la Cooperativa Pagesa de Pollença llevó a cabo en la plaza Vella. Los payeses ´pollencins´ aprovecharon la degustación para reclamar la creación de un centro de tipificación del cordero que les permita consolidar la oferta de calidad y frenar el abandono de las explotaciones ganaderas y agrarias.

A lo largo de la mañana tuvieron lugar también un concurso canino en la calle Philip Newman, una exhibición de trial en la calle Jaume I y la agrupación local de folclore Ballugal danzó en el Convent de Sant Domingo.

La feria contó con la visita de diferentes autoridades, entre ellas asistieron la presidenta del Parlament, Margalida Durán, el conseller de Presidencia, Antonio Gómez y el director insular de Residuos, Antoni Serra. Precisamente, un grupo de unas cien personas vestidas con camisetas verdes les esperaron a las puertas del Convent de Sant Domingo y cuando trataban de adentrarse en él les dedicaron una sonora pitada y les dieron la espalda como señal de rechazo por la política educativa del Govern.