Una imagen por si sola no dice nada, pero todas juntas representan la historia de Llubí protagonizada por de sus vecinos. Cada uno tiene su historia particular, pero todos han ayudado a que el pueblo prospere.

Esta semana se ha inaugurado una sala en el cementerio municipal de LLubí, donde se podrán apreciar las imágenes de las personas que han fallecido en los últimos 40 años y que están enterradas en este campo santo. Esta recopilación de imágenes ha sido posible gracias al trabajo silencioso de Bernat Perelló Mateu, Cas Mestre Bernat, el carpintero jubilado que se encargaba de ir recogiendo las fotografías de todos los difuntos.

Aunque no se trataba de una obligación, en el pueblo de Llubí existe la costumbre de que las familias que habían sufrido la pérdida de un ser querido entregaban a Bernat Perelló una imagen del difunto. Cada año se creaba un cuadro con las imágenes de los fallecidos en los últimos 12 meses (a partir del día 1 de noviembre) y se colgaba en una pared ubicada a la entrada del cementerio. Así, los visitantes tenían la oportunidad de recordar las imágenes de los vecinos que habían fallecido.

Sin embargo, las imágenes se iban acumulando y Bernat Perelló no disponía de la posibilidad de archivarlas en las mejores condiciones, por lo que existía el peligro de que todo este material histórico se perdiera. Y por ello, le propuso al alcalde Joan Ramis que el Ayuntamiento se hiciera cargo de este material, porque se trataba de las fotografías de los vecinos, que de una forma u otra, han protagonizado la reciente historia de Llubí.

Al alcalde le entusiasmó la idea, pero como casi siempre que se inicia un proyecto, se carecían de fondos. Se necesitaba dinero para reformar una sala en el cementerio y para convertir las imágenes fotográficas en una cerámica. Ha sido el empresario de Llubí, Cristóbal Rosselló, troquet, quien se ha mostrado dispuesto a colaborar económicamente con este proyecto, que permitirá que el pueblo disponga de una especie de museo con las imágenes de los vecinos que han ido muriendo en el último medio siglo.

Bernat explicó que fue su padre, hace casi 50 años, quien inició esta laboral de ir recopilando las fotos de los difuntos y después él cogió el relevo. "Muchas familias me traían la foto, pero otras veces se las pedía yo para poder formar cada año el cuadro con las imágenes de los difuntos. Poco a poco se fue creando una especie de tradición, pero nunca he obligado a nadie a que me entregue ninguna fotografía, siempre se ha hecho de forma voluntaria". El Ayuntamiento de Llubí dispone del listado de los nombre de los fallecidos de los últimos cien años. A principios del siglo pasado no existían estas fotografías, pero el Ayuntamiento no ha querido olvidarse de estos vecinos que fallecieron en esta época. Se han creado placas con los nombres y con la fecha de su muerte. En los casos en los que las familias no han entregado la fotografía, se ha resuelto el problema creando una placa de cerámica, con una cruz, el nombre y la fecha de la muerte.

El alcalde Juan Ramis explicó que en estos momentos no se dispone de presupuesto para fabricar las placas de cerámica de todos los vecinos que han fallecido en el último medio siglo, pero que el Ayuntamiento tiene mucho interés en que este material fotográfico se conserve porque cada vecino forma parte de la historia reciente de Llubí. "Es un proyecto a diez años. Cada año el Ayuntamiento destinará una parte del presupuesto para ir creando estas placas de cerámica con las imágenes de los vecinos que están enterrados en el cementerio", señaló el alcalde. Esta sala está situada junto a la entrada del cementerio.