La Guardia Civil y la Policía Local de Sóller salvaron a un perro de una muerte más que asegurada. La denuncia de un vecino evitó que la mascota pereciera por desnutrición porque había estado los dos últimos meses sin comida. Su propietario lo tenía completamente abandonado. El animal estaba recluido en unas condiciones extremadamente precarias y rodeado de todo tipo de suciedad. Los hechos ocurrieron el miércoles por la noche y, tras ser rescatado, los agentes de la autoridad lo llevaron al veterinario (el alcalde de Sóller, Carlos Simarro) para que le diera los primeros cuidados para intentar salvarle la vida.

El concejal de Medio Ambiente, Joan Ruiz, explicó que el can "ni tan siquiera podía mantenerse en pie porque ha quedado reducido a la piel y los huesos. Parece mentira que hayan hecho eso con este perro". El edil, que afirmó sentirse dolido por los hechos, explicó que el Ayuntamiento promoverá acciones penales contra el titular del animal por tenerlo abandonado, sin comida y sin unas condiciones dignas de salubridad e higiene. Los próximos días serán cruciales para determinar si el animal salva la vida, comentó Ruiz. El propio concejal se ocupa de visitarlo y darle de comer ya que actualmente ha sido acogido por unos vecinos de Sóller mientras tanto no se recupera y se decide su futuro.

El concejal afirmó que "el dueño se escudó en que no tiene dinero para sostenerlo", un hecho "que no es excusa para tenerlo en estas condiciones". Ruiz se alegró del rescate "porque con unos días más hubiera muerto de hambre". El perro es un ejemplar de la raza pastor mallorquín de pocos años, aunque el veterinario no pudo concretar su edad por el fuerte deterioro de su dentadura.

La situación del perro era tan dramática que, pocas horas después de haberlo rescatado, el animal hizo unas extrañas deposiciones.

Tras analizarlas se comprobó que aquello era un trapo que se había comido entero.