El pleno del ayuntamiento de Pollença aprobó el pasado mes de marzo la modificación de la ordenanza municipal de animales domésticos de compañía con el objetivo de habilitar espacios en algunas playas para que las mascotas pudieran acceder libremente. Una de ellas está situada en Llenaire y ayer tuvo que ser cerrada ´sine die´ para evitar nuevos casos de envenenamiento, apenas varias semanas después de colocarse el cartel en el que se informa de que los animales son bienvenidos.

La habilitación de zonas de baño abiertas a la presencia de animales constituía una antigua reivindicación en el municipio. Por una parte, los residentes propietarios de mascotas reclamaban un sitio para ir a nadar con sus animales sin riesgo de incumplir la ordenanza. Por otro lado, a nivel turístico, diferentes agencias vacacionales habían instado al Ayuntamiento a señalizar diversas zonas de baño para animales. Según fuentes municipales, cada vez más turistas reclaman estos servicios en sus lugares de veraneo porque se muestran reacios a dejar a sus animales de compañía en residencias específicas mientras ellos se encuentran de viaje. Por este motivo, muchos seleccionan su lugar de vacaciones en función de si ofertan o no playas aptas para mascotas.

Después de años de titubeos, Pollença había dado el primer paso este verano y la experiencia ha resultado un éxito hasta que algún desaprensivo ha decidido boicotear el plan.