La muerte de un perro con claros síntomas de envenenamiento después de haber estado con sus propietarios ayer por la mañana en la playa de Llenaire (Port de Pollença) en la que, desde principios de este verano, se autoriza la presencia de animales domésticos, un caso que se suma al registrado en el pasado mes de junio, obligó ayer al ayuntamiento de Pollença a tomar la decisión de precintar el arenal para evitar que se produzcan nuevos episodios de muertes de animales. El Consistorio ´pollencí´ sospecha que algún vecino de la zona que estaría en contra de la presencia de canes en esta conocida playa del Moll podría haber colocado fuentes con comida para perro a la que habría añadido una sustancia tóxica con el objetivo claro de acabar con la vida de los animales.

En el caso de ayer, con los datos de la autopsia ya confirmados, el consistorio ´pollencí´ explicó que el perro envenenado, un ´golden retriever´ perteneciente a una familia que se había desplazado desde Alcúdia especialmente para pasar un día en esta playa ´pollencina´ en compañía de su mascota, murió por la ingestión de metaldehidos, un compuesto químico usado como pesticida contra babosas y caracoles. La ingestión de la comida envenenada se produjo sobre las once de la mañana. Poco después, el animal empezó a sufrir convulsiones, pérdida de movilidad y de coordinación, fuertes diarreas y, finalmente, hemorragias. La familia lo trasladó de urgencia al veterinario del Port de Pollença, que ya solo pudo certificar la muerte del perro sobre las dos de la tarde.

Investigación policial

Al conocer este segundo caso de envenenamiento de un perro en la playa de Llenaire, el ayuntamiento de Pollença presentó denuncia ante la Policía Local y el Seprona, que ya han abierto una investigación para determinar las causas de estos fallecimientos y tratar de descubrir a los autores, que tendrían el objetivo de crear "alarma social" alrededor de esta playa. Según el Consistorio, Llenaire recibe diariamente la visita de cientos de personas acompañadas por sus mascotas.

El primer caso de envenenamiento se produjo el pasado 7 de junio. Fuentes municipales explicaron ayer que en aquella ocasión no se actuó porque "no había información suficiente" para decidir el cierre de la playa, ya que la familia propietaria del animal solo presentó denuncia cuando habían transcurrido trece días del suceso.

En esta ocasión, una vez confirmado que el perro muerto ayer también fue envenenado, el Ayuntamiento ha decidido precintar la playa "hasta nuevo aviso". De momento, no se sabe el tiempo en el que el arenal permanecerá cerrado al público. A nivel municipal ya se están estudiando qué medidas pueden adoptarse para garantizar la seguridad de personas y animales y posibilitar así la reapertura de la playa. No se descarta la instalación de cámaras de vigilancia que enfoquen la zona, aunque los responsables municipales son conscientes de la "dificultad" que implica la resolución del caso, ya que el producto empleado para intoxicar a los animales es muy fácil de conseguir en cualquier tienda especializada.

En cualquier caso, la intención del Ayuntamiento es reabrir la playa debido al "éxito" obtenido entre los turistas y residentes, que diariamente visitan por decenas el arenal de Llenaire para disfrutar de un baño en compañía de sus mascotas.