Cada día llegan a sa Pobla 17 trenes procedentes de Palma que transportan pasajeros de un núcleo poblacional a otro. Lo que ahora es un hecho habitual y no llama la atención, supuso en su día una revolución para los vecinos del municipio, que precisamente este año cumple su 135 aniversario. El 24 de octubre de 1878 llegó por primera vez un ferrocarril al municipio y el pueblo se volcó de lleno en la celebración. La locomotora se vistió con ramas verdes, banderas y gallardetes y la localidad, además de engalanar sus calles, colocó dos arcos triunfales en los que se podía leer ´La vila de La Puebla da la bienvenida a los que hoy le honran con su visita´. Fue una gran fiesta que dio la bienvenida de manera simbólica al progreso, y puso al municipio a la vanguardia ferroviaria del momento.

Sa Pobla fue hasta entonces un pueblo de interior con poco más de 4.800 habitantes y con dificultades de conexión con Palma y los demás municipios de la isla. Los trayectos hasta la ciudad y los principales pueblos se hacían mediante las diligencias, carruajes amarillos de cuatro ruedas que iban enganchados a caballos y que podían portar hasta 12 pasajeros, que recorrían los complicados caminos que por entonces había en la isla. De hecho, el archiduque Luís Salvador dejó escrito que eran un transporte "miserable y sucio" y donde compartían viaje "una mezcla de personajes pintorescos como agricultores, soldados y curas". No es de extrañar que la aparición del ferrocarril revolucionara el panorama existente porque suponía un medio de transporte más rápido, cómodo, barato y que podían utilizar más vecinos a la vez.

A nivel social, la aparición del tren conectó más de cerca el municipio con los otros rincones de la isla, lo que permitió que más personas visitaran sa Pobla y que los vecinos pudieran también llegar con más facilidad a otros municipios. Una muestra de ello, la recoge Alexandre Ballester en el libro ´Àlbum del Temps´, donde explica que debido al incremento de visitantes que registró el municipio, el Ayuntamiento creó en 1886 dos nuevas ferias.

El sector de la patata, beneficiado

La llegada del tren a sa Pobla, además de mejorar la vida a los ´poblers´, fue importante también para el transporte de mercancías. Especialmente, fue determinante para el sector de la patata, ya que a través del ferrocarril las toneladas de tubérculo que se destinaban a la exportación podían llegar más rápido al puerto de Palma, desde donde se enviaban a los principales mercados europeos.

El tren funcionó interrumpidamente 103 años, hasta que el 1 de marzo de 1981 el servicio de transporte estuvo en marcha por última vez. El Govern decidió suprimir el ferrocarril que llegaba hasta sa Pobla durante unas obras de remodelación y mejora de la línea. El municipio estuvo sin servicio de tren durante 20 años, hasta que en 2001 se reabrió la línea. Su reapertura contó con el cambio sustancial de que el tren ya no accedía al interior del pueblo, donde se encontraba la antigua estación, sino que se paraba justo en la entrada del municipio.

Durante los últimos años se ha barajado la posibilidad de cambiar la estación de lugar, dado que su actual posición imposibilita que la ronda de circunvalación pueda terminarse. El Govern, a petición del Ayuntamiento de sa Pobla, está realizando una investigación sobre cual es la opción más viable y se prevé que el proyecto pueda presentarse en menos de un mes. Una de las opciones que se estudia es la de retroceder unos metros la estación hacia las afueras del municipio para que la ronda se pueda finalizar.