Hubo un tiempo en que Sant Joan Pelós, que salía como su propio nombre indica el día 24 de junio, era un elemento eminentemente religioso acotado al cristianismo. Pero como Mallorca, al santo también le afectó el cambio económico que las islas sufrieron durante las décadas de los sesenta y los setenta. Con el ´boom´ turístico llegaron los extranjeros y con ellos un dinero que muchos supieron explotar. Sant Joan también. Y es que el Pelós ´felanitxer´ se paseó durante muchos años por el aeropuerto de Son Sant Joan de Palma para recaudar fondos para sus propios intereses. Vestido con el traje y la careta de rigor, el hombre tras el personaje visitaba la terminal de llegadas ofreciendo sus bailes por monedas cuando él sabía que llegaban personalidades destacadas o grupos numerosos.