De todos los puntos marcados en el convenio a tres banda entre Consell, Govern y ayuntamiento de Campos, uno parece ser el más problemático: el tratamiento de los escombros derivados de la demolición de ses Covetes. Según el presidente de la Agència de Protecció de la Legalitat Urbanística i Territorial de Mallorca, Mauricio Rovira, este no debe ser un problema: "El proyecto es responsabilidad del Ayuntamiento, pero está claro que el entierro de ciertos materiales en el mismo sitio es una posibilidad avalada por numerosos informes, incluido el de Costas. Hay que distinguir entre material inerte y no inerte".

Y es que aunque el proyecto de demolición realizado por la dirección general de Arquitectura del Govern, prevé que parte de los restos puedan enterrarse en el subsuelo de ses Covetes, para el PSM o el GOB, por ejemplo, se trataría de un atentado medioambiental que sentaría un precedente peligroso y que no cumpliría con la sentencia del TSJB, que dice que los terrenos deben quedar exactamente igual al momento justamente anterior a la construcción de los apartamentos ilegales, en 1994.

Según Rovira, parte del material se triturará mediante máquinas especiales que se situarán en el mismo espacio de demolición. Aquellos trozos de hormigón o hierros que no puedan enterrarse tendrán que ser trasladados para su transformación posterior.

Pese a todo ello, el alcalde Sagreras es optimista y está esperanzado en que la demolición acabe en plazo y se pueda sacar a concurso la explotación de las playas de ses Covetes y es Trenc.