­El Chelsea que ganó la Champions del año pasado contra todo pronóstico tuvo un stage peculiar en los meses previos al tramo decisivo de la temporada. Durante esa pretemporada dentro de la temporada, sus jugadores corrieron (y mucho), pero no persiguiendo una pelota, sino... escapando de ellas.

Los futbolistas -encabezados por la conexión española Fernando Torres y Juan Mata- participaron en una sesión en el Paintball Fantasy de sa Pobla. La fotografía que se captó muestra a los componentes del equipo inglés después de la sesión, que duró unas cinco horas, según recuerda ahora el accionista y trabajador del Paintball Fantasy Andrés García.

En la imagen se puede observar a los jugadores y a los miembros del staff técnico, encabezado por el entonces entrenador Di Matteo al acabar la partida. Aún con el mono, el peto y, en algunos casos, las máscaras de protección. Se ve posando sonrientes a David Luiz, John Terry, Obi Mikel, Malouda, Cole... Algunos de ellos sujetan en sus manos un pequeño trofeo, que no tiene nada que ver con la majestuosa copa de la Champions que levantarían en mayo, unos meses después.

Mirar al exterior

El Chelsea es un ejemplo, el ejemplo más mediático, de que para los campos de paintball la solución a la crisis pasa por mirar al exterior, a la clientela extranjera. García lo reconoce, suspira y dice: "Si no fuera por el turismo...".

Mientras, en el Paintball Bunker Indoor su encargado, Felipe Cao, destaca que trabajan "mucho" con turistas - "se sorprenden cuando les explicamos todas las normas que hay", revela-, y señala que en general registran una "gran afluencia" de clientes en sus 6.000 metros cuadrados de instalación. Agrega que suelen trabajar también con grandes empresas que invitan a sus empleados.

El objetivo de estas sesiones, explican en el sector, es fomentar el compañerismo. A veces, incluso, ésta es la solución que encuentra una empresa para estrechar lazos entre empleados de un mismo departamento mal avenidos.