La construcción de figuras de arena en las playas de Mallorca es una práctica muy extendida desde hace años. Personas individuales o grupos organizados se dedican a esculpir auténticas obras artísticas con sedimentos marinos que despiertan la admiración de los bañistas. En algunos casos, el negocio puede llegar a ser muy lucrativo, ya que, además de recaudar monedas que recompensan el trabajo escultórico, muchos de ellos aprovechan para vender otros productos a los turistas, ya sean bebidas o fruta. En algunos casos, como ha ocurrido en la Playa de Palma, bandas organizadas se autoconceden la exclusiva de ocupar una zona concreta de playa para levantar los monumentos de arena sin admitir competencia, lo que ha originado algún problema de orden público.