Recordar el pasado para que los jóvenes conozcan las raíces del municipio y entiendan el sacrificio que llevaron a cabo sus antepasados. Ésta es la premisa que ha seguido este año el consistorio de Caimari quien, coincidiendo con la Fira de l´Oliva, ha recreado en la plaza Major el funcionamiento de un ´ranxo´ y el día a día de un carbonero. "Si echáramos la vista atrás, hace 100 años todo el municipio trabajaba por y para la obtención del carbón, y hoy en día nadie parece acordarse", explica el alcalde pedáneo del pueblo, Pedro Seguí.

El munícipe propuso la idea a los vecinos, quienes no lo dudaron y se sumaron en bloque al proyecto que pretende ser un homenaje a los que dedicaron su vida a la obtención de carbón. Todo el municipio ha participado en el proyecto de una manera u otra, los más pequeños fueron a buscar piedras al monte y los demás vecinos se turnaron para obtener tierra o leña y para recrear los elementos que forman el ´ranxo´.

"Hace un mes y medio empezamos a montar los diferentes elementos entre los que destacan la ´sitja´, que es la pila de leña tapada con tierra de la que se obtiene el carbón, la barraca, que es el lugar donde descansaban los carboneros, y el horno" comenta el alcalde. De toda la composición, el elemento que más llama la atención es la ´sitja´ o carbonera y que es custodiada por los vecinos las 24 horas desde hace diez días, momento en el que se le prendió fuego. Vigilan que el fuego no se apague o que prenda con fuerza para asegurar la obtención del carbón. La carbonera será destapada mañana.

Desaparición

"La llegada del butano en 1954 condenó a muerte el carbón y todos los vecinos tuvieron que buscar nuevos trabajos", relatan Josep Mayol y Joan Ordines, quienes en su juventud ayudaron a sus familias a la obtención del carbón. Ambos miran el pasado con cierta nostalgia y muchos recuerdos pero aseguran que no lo echan de menos al ser "un trabajo duro, sacrificado y que implica mucha dedicación".