Los vendedores de golosinas y de dulces que durante las ferias y el Dijous Bo han pretendido exponer su mercancía en Inca se han encontrado con unos invitados no deseados, que además han acudido repetidamente y en masa. Se trata de enjambres de abejas que seguramente se han instalado en algún desván de las cercanías de la calle Bisbe Llompart y que a falta de flores acudían al dulce con delirio. Llegaron a representar un verdadero problema en algunos momentos; así que los vendedores se tuvieron que armar de paciencia y de una paleta para las moscas y dedicarse a ir matando abejas si no querían ver su mercancía diezmada.

"Puntualidad" en la protesta

Los funcionarios del Ayuntamiento de Inca son muy constantes en su convocatoria de protesta de cada viernes. Llueva o haga sol acuden a su pitada semanal de cinco minutos. Protestan contra la rebaja salarial que se les quiere imponer. Lo que ocurre es que de tanto acudir cada semana ya se han relajado un poco en el horario y, si bien las primeras veces era a las 12 en punto, ahora, siguiendo aquella típica costumbre de la Part forana, no ve de deu minuts . Igual es a las 12 que a las 12,15, como sucedió ayer. Bromas aparte, los funcionarios de Inca son gente responsable y no tienen la culpa de la crisis.