Las jornadas dominicales de Manacor se caracterizan por la tranquilidad y la atonía, pero ayer la localidad experimentó una reviscolada, gracias a las fiestas con las que, bajo ese concepto, organiza la asociación de vecinos de Santa Catalina y Els Creuers. La ocasión lo merecía, porque se cumple un cuarto de siglo desde la creación de esta entidad vecinal.

El domingo comenzó con un respiro, el que ofreció el tiempo, que después de un sábado lluvioso abrió un paréntesis para que la jornada festiva pudiese celebrarse sin alteraciones climatológicas.

Uno de los eventos centrales del día fue una concurrida paellada popular. Aprovechando el paréntesis soleado, la plaza de Satna CAtalina se convirtió en un improvisado comedor donde decenas de familias salieron a la calle para comer paella, cocinadas con una leña y unos fogones que facilitaba la propia organización, mientras que el bar El Porrón facilitaba café después del ágape.

Tarde de concursos

A la comida le siguió una tarde de certámenes. A una nueva edición de la Escalivada, organizada por Xitxeros amb Empenta, le siguieron el tradicional concurso de coques y, también en la plaza de Santa Catalina, el certamen central, el de decoración de camilles, el clásico recurso de las casas mallorquinas para hacer frente, con las brasas, a los rigores del invierno.

Un espectáculo de magia a cargo de Tomy Merlin y el lanzamiento de cohetes pusieron la guinda de fin de fiesta a una nueva edición de la tradicional celebración de estas barriadas manacorines.

Se puso así el punto y final a unas fiestas que arrancaron el pasado miércoles y que incluyeron un guiño a la celebración del Año Alcover 2012, con un acto de rondalles a cargo de Antònia Font Jordà.