"Recuerdo que en una ocasión llegamos a pescar cien kilos de langostas, no muy lejos de aquí, tras nueve días de faena". El relato contado por el pescador jubilado Mateu Albertí es muy difícil de repetir en la actualidad debido a la sobreexplotación de las aguas por la elevada competencia que sufre el sector. "Antes, el pescador sabía donde podía capturar el pescado, ahora ya no hay secretos", lamentan.

Las modernas sondas que localizan el pescado vía satélite provocan "escabechinas", pero ni así se consigue mejorar el volumen de las capturas que se registraban a mediados del pasado siglo.

La diferencia no se aprecia solamente en el número de kilos que se capturan de una determinada especie, sino en el tipo de pescado. "Antes había mucha más variedad, se capturaban con más facilidad ´cranques´ y meros, especies que hoy en día son difíciles de ver en nuestras aguas", opinan. Pero no cada día era fiesta. "El mar tiene ciclos diferentes; es cierto que, en general, antes se recogía más pescado que ahora, pero siempre han habido años buenos y otros malos", explica Francisco Pérez. "Por ejemplo, recuerdo que hace seis o siete años había muchas langostas, y ahora no".

Los pescadores jubilados recuerdan con agrado el tiempo en que era posible capturar las ´cranques´ sin demasiado esfuerzo. "Ahora van los submarinistas y las tienen que coger de debajo de las rocas". O los meros, uno de los pescados más apreciados por la alta cocina. "En la actualidad, prácticamente no se ven ´anfosos´", lamentan. Los calamares también son una especie muy amenazada. "Se prohibió el uso de las luces para atraerlos, pero son muchos quienes utilizan focos piratas para pescarlos". La pesca del ´gerret´ también está de capa caída. "Recuerdo cuando las barcas regresaban a puerto con 300 o 400 kilos de ´gerret´ y se vendía todo; ahora tienen que respetarse las tallas mínimas". Estos ´lobos de mar´ piden más "respeto" para el mar, el medio que les ha dado la vida.