La entidad Amadiba, especializada en prestar atención y apoyo integral a las personas que padecen discapacidad intelectual, tiene previsto aceptar la propiedad del ochenta por ciento del complejo de la antigua fábrica de licores de Santa Margalida que el expresidente de Endesa, Feliciano Fuster, dejó en herencia a la asociación con la condición de habilitar en el edificio un centro sociocultural destinado a las personas con problemas psíquicos.

La intención de la entidad social es la de crear en el antiguo complejo industrial una colonia vacacional para los socios y sus familiares que incluyese habitaciones, salas multifuncionales y una piscina en el exterior, entre otros servicios. Un proyecto que, según explica la gerente de Amadiba, Jane King, es un "sueño" que en los actuales momentos de crisis es prácticamente imposible de materializar por el elevado coste que implicaría la reforma de las instalaciones. "Estamos en una situación muy difícil, con problemas incluso para pagar las nóminas", reconoce.

Por ahora, lo único seguro es que Amadiba aceptará la donación de Feliciano Fuster y que en las próximas semanas firmará ante notario en calidad de heredera del inmueble que había pertenecido a la familia de Feliciano Fuster, ingeniero natural de Santa Margalida que conservaba el ochenta por ciento de la propiedad de la fábrica.

El testamento de Fuster, que falleció en Palma el pasado 4 de marzo a la edad de 87 años, cedía expresamente la fábrica de licores a la citada asociación, aunque no fijaba ningún plazo temporal para que Amadiba cumpla la condición impuesta por el donante: la creación de un centro sociocultural. Esta falta de concreción juega a favor de la entidad cívica, que podrá disponer del tiempo necesario para estudiar el futuro del complejo industrial, víctima de un avanzado estado de degradación en la actualidad. La donación incluye el solar, las ruinas del edificio y las viviendas que fueron construidas por el abuelo del exmandatario de Endesa.

El Consistorio, expectante

Según el manuscrito dejado por Feliciano Fuster, en caso de que Amadiba no aceptara la donación de la antigua fábrica de licores o no cumpliera la condición de habilitar un centro para discapacitados, el complejo pasaría a ser propiedad del ayuntamiento de Santa Margalida y de la parroquia de la localidad a partes iguales.

En este sentido, Fuster dejó escrita una sugerencia a la institución municipal, a la que insta a facilitar a nivel normativo el proyecto de Amadiba y la posterior puesta en marcha de la iniciativa.