El ayuntamiento de ses Salines, dirigido por el equipo de gobierno de Convergència per les Illes (CxI)-PP, aprobó en el pleno extraordinario de ayer la revisión de varias ordenanzas fiscales "a fin de reducir la presión fiscal sobre los vecinos del municipio". Entre las medidas destaca la reducción del tipo impositivo aplicable en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que pasará a ser "el mínimo permitido por ley, pasando concretamente de 0,414 a 0,400 en urbano y de 0,624 a 0,600 en rústico".

Según la concejala de Hacienda, Maria Bonet, "esto permitirá que recibos urbanos con una base liquidable de 100.000 euros pasen a pagar de 414 a 400 euros, así como en rústica, con una base liquidable similar pasará a pagar 600 euros en lugar de 620". Eso sí, Bonet avisa de que "hay que tener en cuenta que no todos los recibos son iguales ya que para su cálculo entran en juego diferentes factores como los años, la ubicación y otros detalles que pueden motivar que entre un recibo y otro haya diferencias", aunque especifica que "aún así, nuestra medida es de aplicación a todo el mundo y la bajada en el tipo aplicable es igual para todo el mundo, hasta el mínimo que nos permite la ley".

La aclaración de Bonet viene motivada como consecuencia de una propuesta realizada por la oposición que "es totalmente inviable e inasumible" porque "hay que cumplir con unos requisitos establecidos por una normativa vigente a nivel nacional que escapa por completo a las competencias de los municipios".

En este sentido, la concejala recordó que "en verano se solicitó a Gerencia del Catastro una reducción a la baja de los valores catastrales del municipio porque esta sí es una posibilidad que está dentro de nuestros parámetros de actuación y así lo hicimos" ya que "nosotros somos los primeros que queremos que los vecinos paguen lo menos posible en concepto de IBI para que así dispongan de la mayor liquidez posible en momentos de crisis".

Objeciones

La reducción del tipo de gravamen sobre los bienes inmuebles fue vista de otra forma por la oposición. PSOE+PSM+Progressistes y Lliga Regionalista pusieron objeciones argumentando que "no es una bajada real de impuestos". En esta línea advirtieron de que "baja el IBI pero continúa subiendo el valor catastral y esto hará que la mayoría de ciudadanos al final hayan de pagar más".

La propuesta de la oposición, ignorada por el pacto de centroderecha, era bajar más el IBI hasta el punto de compensar el incremento del valor catastral para que los ciudadanos pagasen lo mismo que actualmente.

Por otro lado, se aprobó por unanimidad bajar el impuesto de plusvalías, del 20 al 10 por ciento.