El casal de can Llobera, situado en la plaça Vella de Pollença, es posiblemente el inmueble público que está más necesitado de una reforma urgente debido al mal estado que presenta la estructura del edificio, adquirido a partes iguales por el Ayuntamiento y el Consell en el año 2005 por 1,5 millones de euros. La supresión del Plan de Obras y Servicios de este año supone un serio revés para las aspiraciones municipales respecto a can Llobera.

No obstante, el alcalde Tomeu Cifre sigue confiando en la institución insular para financiar la reforma. "Esperamos que el Consell, como copropietario del edificio, se implique en la intervención", afirmó ayer. Si finalmente no llega la ayuda insular, el Ayuntamiento emprenderá la reforma por su cuenta. "Lo haremos como podamos", añade el edil popular.