El municipio de Artà está a punto de convertirse en el primer Pet Friendly Town (pueblo amigo de los animales) de Balears. Un distintivo que permitiría la entrada de las mascotas en los establecimientos turísticos y que le equipararía, por ejemplo, a diversas zonas alemanas. Aprobada inicialmente hace unos meses, se han presentado cerca de 30 alegaciones que deberán resolverse (se prevé que todas de forma favorable) antes de este próximo martes, 30 de octubre, para que ya en noviembre el documento sea efectivo.

"La originalidad de la propuesta radica en el hecho de que todas las personas interesadas han podido dar su opinión a la hora de redactar la normativa, que además ha contado con el asesoramiento de los veterinarios del municipio, Policía Local y garriguer municipal", explica el concejal de Medio Ambiente, Guillem Caldentey, que viene trabajando en ello desde el pasado mes de abril.

La ordenaza municipal reguladora de convivencia, defensa y protección animal en el entorno humano, que así se llama el texto, permite también el acceso de animales domésticos a las catorce playas del municipio, sin restricciones de horarios, entre los meses de octubre y mayo (ambos incluidos). También será legal poder dejar atado al animal en plena calle (tanto a un sitio habilitado para ello como al mobiliario público) durante un lapso máximo de diez minutos, sin que ello sea susceptible de sanción. Consecuentemente, cada establecimiento del municipio podrá elegir libremente si permite la entrada o no de mascotas.

Buena parte de la iniciativa responde a las demandas y peticiones de los turistas y residentes extranjeros de Artà, quienes, concienciados, vienen pidiendo desde hace años un espacio de convivencia definido para sus animales. Pero el sello, además de derechos, también conlleva una serie de obligaciones. Se concluye, por primera vez, que los perros deberán ir con correa en la vía pública, que hay que esterilizar a los gatos para "controlar la población y sus enfermedades", y que habrá sanciones mínimas para los propietarios poco cumplidores: 140 euros por llevar al animal a la playa fuera de los meses estipulados, 70 por no eliminar las defecaciones, 300 euros por no registrar a un perro de raza potencialmente peligrosa y de 500 a 1.500 euros por dejarle abandonado.