La Fundació Vida Silvestre de la Mediterránea (FVSM) es la nueva propietaria, desde el pasado mes de enero, de la finca de Ariant, un predio de unas mil hectáreas situado en el corazón de la Serra de Tramuntana, entre los municipios de Pollença y Escorca. La operación, que ha sido calificada por la entidad receptora como "la mayor donación privada jamás realizada en Europa para la conservación del patrimonio natural y la custodia del territorio", se hizo ayer pública después de que los propietarios de Ariant, el matrimonio Gildemeister, decidiera donar la finca a la citada fundación como una "contribución" destinada a la conservación de la naturaleza.

Fuentes de la fundación que gestionará el predio a partir de ahora destacaron ayer la "gran responsabilidad" que supone asumir la propiedad de Ariant y añadieron que el mantenimiento de la emblemática finca de la Serra significará "una importante inversión en recursos humanos y económicos".

También apuntaron que la finca "se ha conservado y cuidado adecuadamente gracias a las inversiones, en muchos casos a fondo perdido, de sus propietarios". Por ello, la Fundació Vida Silvestre de la Mediterrània se compromete a mantener el estado actual de conservación de la finca de Ariant, en la que tienen previsto desarrollar actividades económicas que "permitan a medio y largo plazo cubrir los gastos de su propia preservación y gestión". La entidad cuenta con el apoyo económico de la Fundación Biodiversidad, aunque avisa de que requerirá un mayor respaldo de las instituciones, fundaciones y empresas para mantener la finca.

La FVSM explica que la mayor parte de su trabajo en la finca se concentrará en el voluntariado y la educación ambiental. Con el fin de lograr la sostenibilidad económica del predio de Ariant, la nueva propiedad "desarrollará una producción agro-ganadera con certificación ecológica de gran calidad y gestionará visitas guiadas y formativas a puntos muy concretos" de la finca.

Conservación del buitre negro

Los responsables de la fundación receptora de la finca guardan vinculación con la Fundación para la Conservación del Buitre Negro. Al parecer, los antiguos propietarios de Ariant colaboran de forma activa con esta fundación destinada al ´voltor negre´ desde finales de los años 80. Por este motivo, el predio de Ariant cuenta desde el año 2002 con un convenio de custodia del territorio en colaboración con la citada fundación. La nueva propiedad ya ha informado que revalidará el acuerdo.