En un fin de semana de lo más cargado de ferias otoñales, el cielo no respetó a los feriantes currantes. A partir del mediodía, la lluvia hizo acto de presencia y espantó a buena parte de los compradores que acudieron a la hora punta.

Así sucedió, por ejemplo, en Inca y Maria de la Salut. La capital del Raiguer acogió por primer año la Feria de la Caza y el Tiro. Aunque el evento esperaba 30.000 visitantes, los organizadores rebajaron sus optimistas previsiones a la mitad cuando vieron aparecer las nubes durante el viernes y el sábado. La cita inquera estuvo marcada por las protestas de colectivos animalistas. El sábado presentaron una denuncia por tener animales a la intemperie, y ayer montaron una protesta frente al antiguo cuartel General Luque, donde se celebraba el evento. Los partidarios de la caza también montaron una contraprotesta. Dentro del recinto, llamó la atención de los compradores las novedades de las armerías, la taxidermia y la cetrería.

En Maria de la Salut, el XX Mercado de Ocasión, centrado en antigüedades y coleccionistas, puso el punto final pasado el mediodía por un fuerte chubasco. Antes de la lluvia, hubo numerosos visitantes en el conocido como el baratillo des Pla. Se pudieron ver paradas de todo tipo, desde muebles valiosos y enseres curiosos hasta emblemas de una España oscura que los jóvenes miraban con curiosidad.

En Llucmajor tuvo lugar la Fira Artesana, durante la festividad de la Segona Fira -el primer domingo tras Sant Miquel-. El tiempo respetó a los maestros artesanos y, pese a la lluvia intermitente, las calles estuvieron más llenas que en otros pueblos. Por la tarde, en el mismo emplazamiento de la feria, tuvo lugar la animada muestra de bailes mallorquines con la actuación de diferentes grupos locales.