­­El hermano Deogracias Fuertes, de las Escuelas Cristianas, conocidas porpularmente como hermanos de La Salle, cumplirá cien años el próximo 22 de julio. Actualmente, vive en la residencia que los hermanos de la congregación tienen en la localidad de es Pont d´Inca. Deogracias Fuertes nació en el seno de una familia campesina de la localidad leonesa de San Cristóbal de la Polantera, donde residió hasta los catorce años.

—¿Cuándo ingresó en la comunidad de La Salle?.

—Después de estudiar en el pueblo donde nací, a los catorce años ingresé en los Hermanos de las Escuelas Cristianas, más conocida como La Salle. Mi entrada se produjo en un pueblo cerca de Figueres, concretamente en Fortianell, en el cual cursé los estudios hasta los 18 años. Cuando me enviaron a terminar mi formación a Francia, concretamente a Béziers, representó un incoveniente y también una satisfación. Lo primero es que no sabía nada de francés, y lo segundo es que pude aprender esta lengua.

—¿Cuándo impartió la primera clase?

—A los 31 años, durante la segunda República, impartí mi primera clase en Barcelona. También estuve destinado durante cuatro años en Figueres.

—¿En qué año llegó a Mallorca?

—En el año 1955 fui destinado desde Catalunya a Mallorca, concretamente al centro escolar de La Salle de la Via Alemania, donde actualmente están los juzgados. Estuve durante 19 años , para volver después a la península, a una zona de Valencia, y regresar posteriormente a Mallorca. Fue en el año1987, y me alojé ya en esta residencia.

—¿Durante su paso por el colegio de la Salle recuerda a algunos personajes en concreto?

—Bueno, para mi todos mis exalumnos son personajes importantes. Ahora, si te refieres a conocidos, tengo la satisfacción de haber dado clases al periodista Antonio Papell, así como a Tomeu Català, del Projecte Homo. También recuerdo a Lluc Riera, que actualmente está en el obispado, al cantante Juan Pardo, al guitarrista Gabriel Estarellas y a un componente de los Valldemossa, concretamente el que tocaba el ´flabiol´, del que ahora no recuerdo el nombre (se refiere a Tomeu Estaràs).

—Durante su estapa en la dirección de La Salle tendrá algunas anécdotas por contar.

—Me acuerdo de dos. Una me impresionó por su lado humano, y la otra por su lado humorístico. La primera fue que la madre de Antonio Papell me dijo textualmente, cuando me solicitó la inscripció de su hijo: "Quiero que mi hijo sea formado cristianamente, por este lo traigo a este centro escolar, si usted lo admite". La otra anécdota me hizo mucha gracia cuando ocurrió, aunque no podía demostrarlo. Teníamos un profesor al que llamaban Don Xim y en una de sus clases se dirigió a un grupo de alumnos para castigarlos y les dijo: "Esta mesa fuera". Y los alumnos cogieron la mesa y la sacaron al pasillo.

—¿Cómo ha llenado su tiempo desde que regresó, en 1987, ya con la edad de 75 años?

—Me quedaron grabadas unas palabras que me dijeron cuando era joven: una persona que se jubila tiene que efectuar actividades físicas y mentales. Y lo puse en práctica.

—¿Qué actividades realizó?

—Durante mis primeros cuatro años de residencia impartí clases de prácticas de Física y Química a los alumnos de La Salle de es Pont d´Inca. Cultivaba frutas y hortalizas en el huerto de la residencia y también ayudé a la parroquia de es Pont d´Inca, tanto en las lecturas de la Misa, como llevando la comunión a las personas que no podían acudir al templo.

Me impliqué en el movimiento ´Vida Creixent´, ayudando al grupo de es Pont d´Inca y también colaboré en la implantación de este movimiento en las parroquias de Son Cladera y Son Rapinya. He intentando, dentro de las limitaciones que tengo por la edad, aplicarme y respetar aquello que me dijeron de que debía mantenerme activo física y mentalmente.