Según explica Miquel Bosch, corresponsal de este medio en el municipio de Marratxí, la misa celebrada el pasado sábado por la mañana en la iglesia de Sant Marçal, con motivo de las fiestas patronales de esta localidad de Marratxí, concluyó con una polémica inesperada que ha suscitado muchos comentarios entre los que tuvieron la oportunidad de presenciar la escena, protagonizada por el president del Govern, José Ramón Bauzá, y el sacerdote que ofició la misa, Biel Seguí, misionero desl Sagrats Cors conocido por su postura diáfana a favor de la lengua y la cultura propias.

Diversas fuentes han confirmado a este diario que, una vez finalizada la misa, el jefe del ejecutivo autonómico se acercó a hablar con el capellán en el interior de la sacristía del templo religioso para decirle, más o menos con estas palabras: "Te habría dado la enhorabuena por el sermón si éste no hubiera sido un mitin". La respuesta de Biel Seguí no se hizo esperar: "Yo soy un sacerdote de la iglesia y no hago mitines, sino sermones, y todo lo que he dicho está documentado en la Gaudium et Spes (constitución pastoral del Concilio Vaticano II), el Sínodo de Mallorca aprobado por el Vaticano y por la doctrina social de la Iglesia". Otras fuentes aseguran, además, que Biel Seguí llegó a decir al president que, de puertas hacia adentro, él era la única autoridad en el interior de la iglesia.

La cosa no pasó a mayores, pero la anécdota refleja la susceptibilidad del president Bauzá hacia cualquier crítica, por velada que sea, hacia su política de recortes económicos y lingüísticos. ¿Pero por qué se irritó el president con el sermón de Seguí? Pasemos a analizar el discurso del capellán.

"Los oprimidos en la cultura en la tierra propia"

El sermón de Seguí no estuvo exento de carga social, con continuas referencias a la crisis y a las personas que la padecen. El capellán apuntó que las "grandes tragedias de la humanidad" también son "nuestras", en referencia a la comunidad cristiana. Y entre las tragedias citó al "clam de los pobres y los oprimidos, con el rostro que actualmente adquieren: los parados, los inmigrantes, los oprimidos en la cultura en la tierra propia, la gente desesperada por la crisis económica o la que está desorientada por la vida". Tal vez fue este párrafo el que hizo que Bauzá se sintiera aludido, y especialmente cuando Seguí califica de "oprimidos" a quienes reivindican la cultura (¿y la lengua?) propia de Mallorca, en lo que parece una clara alusión al conflicto generado por el Govern alrededor del catalán.

Pero también podría haberse enfadado el president con el párrafo que sigue a continuación: "En los momentos de crisis como el que vivimos, está claro que los ricos aún acumulan más mientras que los pobres más se hunden, a pesar de los discursos y de toda la retórica engañosa". El capellán cita a la "crisis moral" como "verdadera causa de la crisis económica". Toda una crítica abierta a las políticas neoliberales con las que Bauzá y su partido se sienten identificados.