Tomeu Pizà defendió, en una charla organizada por Balearik en el Club de este periódico, la necesidad de regulación de las actividades de barranquismo en los torrentes de la isla, un deporte "de moda" y que debería jugar un papel destacado en la desestacionalización turística.

—¿A qué nos referimos cuando hablamos de "uso público" de los torrentes?

—La aprobación de la Ley de Espacios Naturales supuso también la elaboración de un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), que definió las diferentes zonas de uso de la Serra. Los torrentes son una "zona de uso limitado" y se debe solicitar permiso para realizar actividades en ellos. El PORN también implicaba la redacción de un Plan Regulador de Usos y Gestión (PRUG), que no se ha elaborado, por lo que no existe ordenación o regulación de los permisos o acreditaciones.

—¿Por qué es necesaria esta regulación?

—Ya hace años que necesitamos esta regulación. Tenemos la ley, pero no las herramientas para aplicarla. Además, no se han tenido en cuenta factores que nos afectan como la práctica deportiva en los torrentes y el impacto ambiental del barranquismo, que ya ha sido estudiado en otros lugares. La regulación serviría, entre otras cosas, para evitar la masificación.

—¿Qué lugar ocupa Mallorca en la práctica del barranquismo?

—Un lugar destacadísimo. La Serra de Tramuntana es un paraje único que cuenta con torrentes singulares comparables a los mejores del mundo en un espacio relativamente reducido, de solo unos 90 kilómetros. Tiene algunos de los barrancos más emblemáticos, como el Gorg Blau-sa Fosca, el torrent Fondo de Mortitx, Comafreda, l´Ofre o el torrent del Lli de Valldemossa.

—¿Existe alguna restricción para llegar a los barrancos?

—Los únicos problemas pueden producirse en los accesos y retornos ya que en algunos hay que atravesar propiedades privadas. Para solucionarlo trabajamos en unificar estos accesos y retornos de acuerdo con los propietarios.

—¿Qué papel juega el barranquismo en la actividad turística?

—Muy importante, también. Cuando se habla de desestacionalización turística, nosotros introducimos el concepto de ´turismo activo´, que incluiría el barranquismo, pero también otros deportes como la escalada, el senderismo o el cicloturismo. Lo que no se puede hacer es vender actividades de barranquismo a grupos masivos, que no respetan la normativa y la naturaleza. Por eso reclamamos también una regulación y una legislación de turismo activo que ahora no existe.

—¿Cuantas personas practican el barranquismo en Mallorca?

—Es una cifra difícil de calcular. La Federación Balear de Montañismo y Escalada tiene unos dos mil federados, pero no todos practican el barranquismo. Por eso, ahora hemos elaborado una encuesta que servirá para tener una cifra aproximada, pero también hay mucha gente que lo practica sin estar federada.

—¿Es un deporte peligroso?

—Es un deporte de moda que hay que practicar con las debidas medidas de seguridad. Un torrente no es un camino y hay que conocer diferentes técnicas para superar los obstáculos: la verticalidad, las caídas de piedras y los niveles de agua, que representan el mayor peligro, además de las técnicas de orientación. En la Federación organizamos cursos a través de la Escuela Balear de Actividades de Montaña (EBAM).

—¿Qué tarea desempeña el Comité de Torrentes de la FBME?

—Defendemos el barranquismo como deporte desde el punto de vista de la ética de montaña, teniendo en cuenta la necesidad de protección de la naturaleza y reclamando una regulación que permita practicarlo y formar correctamente a los que deseen hacerlo.