La construcción de un circuito de Fórmula 1 en Llucmajor era una idea tan brillante como el aeropuerto sin aviones de Castellón; el AVE sin pasajeros que unía Toledo, Cuenca y Albacete o la Ciudad del Circo de Alcorcón, paralizada por falta de dinero, que no de payasos, pese a que solo costaba 120 millones. Por eso, por lo estupendo que sería el rugir de los motores y la urbanización de Son Granada, el alcalde se reunió con el todopoderoso Bernie Ecclestone y hace apenas un año aún defendía que el circuito era "un estímulo económico enorme para toda la isla". Valencia y Barcelona son incapaces de mantener un gran premio al año y rotarán en la organización, se nota que les falta el músculo financiero de Llucmajor. En esta historia ha habido mucho humo €y no era el de los bólidos€ y poco seny.