"Estoy abochornada ante la insolidaridad que he palpado hoy por parte de quienes no respetan el entorno, y orgullosa de la solidaridad de algunos que no dudan en arremangarse y limpiar lo que ensucian otros", exclamó Pepi González, concejala de Medio Ambiente de Lloseta, al observar ayer el resultado de la jornada de limpieza organizada por Gadma y Cruz Roja.

Se recogieron aproximadamente 3.500 kilos de residuos que habían sido abandonados en el cauce y los lindes de algunos puntos transitables del torrente de Almadrà. La brigada municipal de limpieza llenó dos camionetas con lo recogido y las depositó en el parque verde de la población.

La concejala no podía salir de su asombro: "Es realmente patético que haya personas que carguen una parabólica en su coche para arrojarla al torrente y no sean capaces de recorrer un kilómetro más y dejarla totalmente gratis en el punto verde". También se recogió una gran cantidad de botellas de vidrio y chatarra de hierro.

Residuos peligrosos

Lo realmente preocupante es que junto a un aparcamiento situado en el polígono industrial se recogieron incluso garrafas de aceite usado de motor. La concejala sospecha que desconocidos se dedican a cambiar el lubricante de sus vehículos en el lugar y luego abandonan el peligroso residuo junto al torrente. "Será necesario solicitar que la Policía haga algunas rondas por la zona porque realmente ya es una imprudencia muy grave", aseguró la edil.

Bernat Fiol, portavoz de Gadma, manifestó por otra parte que la entidad proteccionista tiene interés en solicitar al Govern que se le conceda la gestión de un torrente de la zona este año. "Queremos intentar gestionar un cauce para mantenerlo limpio y en perfectas condiciones como hábitat de la fauna silvestre local", aseguró.