­El jonquillo recibe el nombre científico de Aphia minuta. Se trata de una especie concreta y no de larvas o alevines de otras especies, como mucha gente cree por error. En su madurez no supera los 6 centímetros. Otros lo llaman chanquete, la misma denominación que se da en la península a las crías de otras especies. Sin embargo, los pescadores de Mallorca lo tienen claro; Javi Martínez, profesional de Alcúdia, puntualiza que "no es lo mismo. El chanquete es la cría del boquerón y el jonquillo es una especie que se pesca adulta".

Este pequeño pez es una exquisitez culinaria y supone buenos ingresos para los pescadores en invierno, cuando no hay otra cosa.

Pertenece a la familia de los góbidos (Gobiidae) y dentro de ésta a la subfamilia Sycidiinae.

Tiene cuerpo alargado y algo comprimido. Cuenta con dos aletas dorsales separadas y aletas pelvianas soldadas, formando una ventosa. Es transparente con una leve tonalidad rosada.

Los machos llegan a medir seis centímetros mientras que las hembras no superan los cinco. Vive cerca de la costa, en fondos arenosos, y suele formar bancos de muchos individuos (cardúmenes).

Freza y muere

La reproducción tiene lugar durante el verano y después de la puesta muere. Se trata de un especie donde una generación sucede a la anterior.

Suele confundirse con el boquerón (Engraulis encrasicolus), como ya se ha mencionado. Ocurre cuando éste es muy pequeño, aunque la especie muy apreciada en Andalucía tiene la boca más grande que el jonquillo.

En cuanto a su valor nutricional cabe destacar que se compone de un 80% de agua y aporta pocas calorías (90 kcal/100 g). Es rico en proteínas (18%) de alto valor biológico y fácilmente digeribles. Presenta un bajo contenido en grasas (1.8%) que son cardiosaludables (ácidos grasos insaturados y omega-3). Aporta minerales como el fósforo, yodo, calcio, magnesio, potasio, sodio, selenio, vitamina A y vitaminas del grupo B.