El ayuntamiento de Alcúdia y la conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio están investigando la causa de la elevada mortandad de peces marinos que se ha registrado en los últimos días en el Estany dels Ponts, también conocido por su topónimo turístico de Lago Esperanza, en el puerto de Alcúdia.

Los primeros peces muertos empezaron a aparecer en la superficie del lago a finales de la pasada semana. Desde entonces, el ayuntamiento de Alcúdia ha invertido entre tres y cuatro días para retirar los restos, que en su gran mayoría corresponden a ejemplares de ´variades´, aunque se han contabilizado hasta ocho especies más de pescado que tienen un relativo valor comercial.

Tanto el ayuntamiento de Alcúdia como el servicio de protección de especies de la conselleria de Medio Ambiente coinciden en que la causa más probable de la mortandad de peces sea una "bajada brusca" de las temperaturas del agua, hasta situarse "por debajo del límite de supervivencia de algunas especies", según fuentes del departamento medioambiental del Govern.

Estas mismas fuentes añaden que los peces perecieron durante los días de temperaturas extremadamente bajas, "anormales". Esta circunstancia se podría haber añadido al hecho de que "el aporte de agua dulce debía ser gélido" y que "la bocana del mar no estaba abierta y, por ello, no se produjo el efecto ´tampón´ y calentador del agua de mar". La suma de estos factores habría creado "unas buenas condiciones para llegar a límites que no se producían desde hace muchos años o que no se habían producido nunca, suficientes para matar a individuos de determinadas especies en algunos lugares del Estany", apuntaron desde la Conselleria.

La investigación municipal

La versión del ayuntamiento de Alcúdia coincide casi totalmente con la hipótesis lanzada por la Conselleria, a excepción de un detalle. Según el Govern, las bocanas que comunican el lago con el mar estaban cerradas y, por ello, el agua marina no pudo penetrar en el Estany dels Ponts para equilibrar la temperatura. Sin embargo, el regidor de Medio Ambiente de Alcúdia, Joan González (PP), aseguró ayer que las puertas se mantenían abiertas. "A veces, la salida del canal al mar se tapona por la acumulación de arena, pero en esta ocasión las bocanas estaban abiertas y ahora las hemos despejado más", afirmó.

En cualquier caso, tanto el Consistorio como la Conselleria excluyen otras causas como vertidos de sustancias contaminantes o déficit de oxígeno o sal en las aguas del lago Esperanza. "Todos los análisis efectuados descartan esta posibilidad", apuntó Joan González. "Los técnicos no se explican el suceso, y todos coinciden en que no había pasado nunca antes", concluyó el regidor.