–Hay gente que tiene la sensación de que la historia de Calvià como municipio empieza con los años del ´boom´ turístico...

–Pero no es así. Y el ejemplo más claro es el del núcleo turístico Santa Ponça. Allí se encuentra el Puig de na Morisca, un asentamiento de época talayótica. En Santa Ponça, se encuentra también el yacimiento de sa Mesquida, de época romana. Y luego hay rastros de ocupación islámica en na Morisca... Sin olvidar la conquista catalano-aragonesa, época en la que se creó la gran possessió de Santa Ponça.

–¿Si tuviese que elegir un elemento patrimonial destacado de Calvià, con cuál se quedaría?

–Con varios. La finca de Galatzó, por ejemplo, que sirve para conocer cómo era la vida en una antigua possessió. O el molino de Santa Ponça. Es un elemento que estuvo en peligro en los ochenta por el proyecto de ampliación de la carretera, pero, gracias a un científico alemán que encontró en la zona una especie endémica, se salvó.

–En el municipio le dan muchas vueltas al proyecto de hundimiento de una fragata para crear un arrecife artificial y, como recoge en su libro, resulta que ya existen barcos hundidos en la costa, ¿no?

–Está el pecio de El Sec, al lado de un islote en la costa de la urbanización Sol de Mallorca. Era un barco griego que naufragó en torno al siglo IV antes de Cristo. También existe otro barco de época medieval cerca del cabo de Cala Figuera, el Calvià I. Se supone que la embarcación salió de Cataluña o el sur de Francia. En este caso, se han hecho prospecciones, pero no excavaciones.

–En ´Viatge històric per Calvià´ dedica un apartado al origen de los topónimos. Hay algunos muy curiosos, como el de la playa de El Mago, al lado de Portals Vells...

–Se llama así, porque se rodó en los sesenta una película con el título de ´El Mago´, que tenía como protagonistas a Anthony Quinn y Candice Bergen.

–Hábleme del origen de otros topónimos del término.

–Está el caso del propio nombre de Calvià. No está claro si procede del latinismo covianus, por la abundancia de cuevas en los alrededores. O bien de calvus, al ser en sus orígenes un terreno árido y sin vegetación. Tampoco está claro el origen de Magaluf. No se sabe si es un nombre árabe o hebreo. Está documentado a partir del siglo XIV. Mascaró Pasarius refirió un documento de esa época en que los alcalde de Andratx y Calvià debían dinero a Magaluf y Jusef, hermanos judíos.

–Habla usted de la importancia arquitectónica de determinado patrimonio turístico. Viendo esas moles de cemento en el litoral calvianer nadie lo diría.

–Hay que distinguir entre lo que se construyó en la época del inicio de la industria turística, con una arquitectura de buen gusto, integrada en el paisaje, y lo que vino después, a partir de los setenta, con esas moles en primera línea. De esa primera época, son ejemplos el hotel Maricel, construido a mediados del siglo XX. Fue diseñado por Francesc Casas y es de estilo regionalista, igual que el hotel Bendinat. En Cala Fornells encontramos la casa de s´Estaca, de estilo ibicenco, donde se rodó ´Muerte bajo el sol´.

–Tras indagar tanto en su historia, ¿se atrevería a lanzar un pronóstico acerca de hacia adónde se dirige el municipio?

–Es difícil. Sí puedo hablar de lo que me gustaría que fuera Calvià. Y me gustaría que fuera un lugar donde se fomentara su cultura, su historia. Que se hiciera otro enfoque turístico, porque Calvià tiene mucho más que ofrecer aparte del sol y playa.

–¿Cree que vendrán algún día turistas interesados expresamente en conocer los escenarios de las peripecias del rey Jaume I?

–Para ello hay que promover la historia. Hacerla atractiva, porque, si no, será difícil atraer gente.

–En su libro no dedica ningún apartado especial a calvianers ilustres. ¿Es que no los ha habido?

–No es exactamente así. Ya los incluí en un libro anterior. Personalidades como los Juaneda, que eran médicos. Encabezados por Joan, el padre, y Nofre, el hijo, que fundó la primera clínica privada de Mallorca. También hay que destacar al compositor Pere Josep Canyelles. Con todo, sí que hay que reconocer que Calvià no ha dado tantos hombres de letras, políticos o canónigos como otros municipios de la isla.