La más guapa de Inca tiene 71 años

Aina Oliver es la ganadora del primer certamen Miss Inca Tercera Edad, organizado por la Llar dels Padrins

Aitor F. Vallespir

­No desfilaron en traje de baño ni falta que les hizo. Tampoco contestaron preguntas tan simples –o tan complicadas en ciertos momentos– como "¿Qué sabes de mi país, Rusia?". Las mujeres que participaron ayer en el primer certamen Miss Inca Tercera Edad solo fueron a pasárselo bien, a disfrutar, a sentirse las más guapas sobre la pasarela que preparó la asociación inquera Llar dels Padrins para la ocasión. Y así fue.

La sala de baile de la entidad se llenó de gente. Unas 200 personas abarrotaron el lugar y animaron el evento. Muchas de ellas se quedaron sin silla, ya que dos horas antes de iniciarse el certamen ya comenzaron a reservarse los asientos.

Con todo listo para empezar gracias a la detallista organización de Rafael Navarro, las trece participantes –una causó baja por enfermedad– entraron en la sala. Primero desfilaron una a una y luego hicieron un segundo pase todas juntas, bailando al ritmo de la animada música.

El público comentaba lo guapas que estaban todas. Aunque el vestido lo ponían ellas, la peluquería y el maquillaje corrió a cargo de las hermanas Costa. Lucieron sobre la pasarela. Brillaron.

Para las votaciones se usó una fórmula mixta. Se recabaron las opiniones del público y se combinaron con las del jurado, formado por diversos regidores de Inca y miembros de la asociación. Y el resultado fue unánime.

Ojos de emoción

La ganadora del reñido concurso fue Aina Pilar Oliver, de 71 años, que desfiló con un vestido negro hecho a medida. Su esbelta figura y su desparpajo al recorrer la alfombra roja la auparon a lo más alto del podio.

Cuando anunciaron que había ganado, se emocionó. Sus ojos se volvieron vidriosos, al borde del llanto. "Estoy muy nerviosa, muy emocionada", fueron sus primeras palabras. Le temblaron las manos al hablar. Fue recibiendo las felicitaciones de muchos de sus amigos y aún no se lo creía.

El segundo lugar, Miss Elegancia, fue para Tola Aloy, que también escogió el negro para la ocasión. El tercer y último premio, Miss Simpatía, recayó en Carmen Conde, quien lució un vestido beige y no perdió su sonrisa en ningún momento. Junto a la ganadora Oliver, Conde fue de las más aplaudidas por el público.

Esas fueron las tres mujeres que más deslumbraron de entre las trece candidatas en un concurso para el que solo había dos requisitos: tener más de 50 años y ser residente en Inca. Visto el éxito de la convocatoria, la asociación Llar dels Padrins promete que habrá más ediciones. Y quien sabe si también se atrevan los hombres y dentro de poco exista un Míster Inca Tercera Edad.

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