La sala de plenos de Pollença acogió el jueves a unos visitantes poco habituales. Una veintena de activistas de la asociación AnimaNaturalis ocuparon la mayor parte de las butacas desde las 20 horas, momento del inicio del pleno, hasta las 22,30, hora en la que se confirmó que la moción de la oposición contra los circos con animales en Pollença era aprobada gracias, en parte, al apoyo de la Lliga, uno de los dos socios del equipo de gobierno. Entonces, los activistas estallaron de alegría y dieron las gracias en voz alta a los regidores que habían apoyado su causa. Todos se fundieron en un gran abrazo e incluso algunos de ellos no pudieron reprimir las lágrimas. De esta forma, Pollença es el sexto municipio de la isla en prohibir la entrada de circos con animales junto a Puigpunyent, Palma, Sóller, Valldemossa y Consell.

Los activistas demostraron tener mucha paciencia

La moción sobre los circos estaba situada en el punto número cinco del orden del día del pleno. A buen seguro, los animalistas pensaban que sería debatido a una hora prudente y por ello se presentaron al inicio del pleno. Pero el debate de los dos puntos sobre las tasas se prolongó por espacio de unas dos horas. Los activistas no se inmutaron. Aguantaron con silencio respetuoso, sin bajar los carteles reivindicativos, escuchando con resignación un farragoso debate de ida y vuelta sobre números y porcentajes. Sólo dijeron esta boca es mía al confirmarse la aprobación de la moción que les interesaba, cuando no pudieron contener la alegría. Al final, el alcalde, entre risas, les dijo: "Supongo que ahora os quedaréis a escuchar el resto del pleno".

Intervenciones políticas sin límite de tiempo

El alcalde de Pollença, reacio al principio a celebrar un pleno cada mes al entender que las sesiones serían interminables por la cantidad de partidos representados, finalmente da vía libre a las intervenciones, motivo por el cual difícilmente se llega al punto de ruegos y preguntas porque el pleno se clausura a medianoche. ¿Estrategia o casualidad?