Una sentida y sincera fiesta. La tarde del domingo se vivió un emocionante acto de homenaje a la comunidad franciscana de s´Horta. Un reconocimiento que celebraba el 125 aniversario de la llegada de las monjas franciscanas, la Congregación de Hijas de la Misericordia, a s´Horta y que un siglo y cuarto después, el convento todavía siga abierto diariamente gracias a la labor de Sor María Roselló, de es Carritxó, que aunque duerme en el convento-residencia de Calonge, bajo la jurisdicción de la Madre Superiora Francisca Ginard de Campos, aún se ocupa diariamente de ir al convento, mantener el orden y la limpieza, y conservar la puerta abierta para la gente del pueblo.

El arropo de la población a la congregación franciscana de s´Horta quedó patente en la gran acogida que se les brindó el domingo, ya que la misa de celebración fue una constante sucesión de emociones y reencuentros entre los vecinos y las hermanas que en algún momento habían vivido en dicha localidad (del municipio de Felanitx), la más recordada Sor Aina, que pasó parte de su vida en s´Horta y que todavía es muy recordada entre los vecinos.

La presencia de religiosas en los festejos que se habían preparado para conmemorar este importante aniversario fue muy numerosa, ya que hasta un total de 22 hermanas, entre las que se encontraban varias de las superiores de la orden, se desplazaron desde distintos conventos para asistir a tan singular acontecimiento.

Al final de la misa el coro Units com a Brins, que había cantado durante la función religiosa, brindó una actuación dedicada especialmente para las franciscanas entre los aplausos de los numerosos vecinos que llenaban la iglesia, y después de la misma, entre muestras de agradecimiento, vecinos y religiosas disfrutaron de un abundante refrigerio en el salón parroquial, entre muestras de afecto de todos los vecinos hacia las religiosas, que respondieron con agradecimientos a ellos.