­Hubo un tiempo, a mediados de los ochenta y a lo largo de los noventa, en que el IES Calvià, en la urbanización Galatzó, fue ´El Instituto´, el primer y único centro de enseñanza secundaria con que contaba el municipio. Todos los estudiantes calvianers, e incluso los de Andratx, lo tenían como instituto público de referencia y hubo épocas en que llegó a acoger más de mil alumnos, lo que obligaba a hacer turnos de mañana y de tarde.

Este curso, el ´decano´ de los institutos de Calvià – los de Bendinat y Son Ferrer son más recientes– cumple 25 años, y encara el futuro entre las sombras de los recortes prespuestarios generalizados y las ganas de un voluntarioso equipo directivo de configurar una oferta de alto nivel educativo, como lo demuestra que el centro haya obtenido el certificado del sistema de gestión de calidad que otorga Aenor (sólo lo tienen 20 de los 70 institutos de Mallorca, según destacan en el centro).

La comunidad educativa del IES Calvià la forman sus cerca de 800 alumnos de ESO, Bachillerato y ciclos formativos de grado medio y superior, así como su centenar de docentes. Entre ellos, Pep Campillo, quien lleva 20 años inculcando a sus alumnos la pasión por la cultura clásica. "Yo entré como profesor de Latín en el curso 91-92. Al principio era todo muy familiar. Éramos sólo 24 profesores, aunque después ya vino la masificación", explica Campillo, quien recuerda otros docentes ´clásicos´ del instituto, como Ramon Català (Historia) o Arturo Muñoz (Filosofía).

En estos años, Campillo ha tenido la posibilidad de escrutar la evolución de generaciones y generaciones de jóvenes calvianers. "La verdad es que ya no estudian como antes. Ahora no conocen la cultura del esfuerzo y muchos se creen que no les puedes enseñar nada, porque está todo en internet", manifiesta.

Alumnos que son profesores

La madurez alcanzada por el IES Calvià provoca situaciones llamativas, como el hecho de que ya exista un buen número de docentes que previamente fueron alumnos en ese centro. "Para mí, ha sido como volver a casa. Mis compañeros profesores me dicen en broma que ellos me criaron como quien dice", señala, entre risas, Jesús de Cima, profesor de Cocina, quien recuerda los años en que una verja separaba las instalaciones de FP y las de bachillerato. Las de Formación Profesional fueron el germen del instituto al inaugurarse en diciembre de 1986. Después, en 1990, se añadieron los estudios de BUP.

Los noventa fueron los años de mayor crecimiento del instituto de secundaria. Con la llegada de los primeros cursos de ESO, apareció el problema de la masificación y, con ésta, surgió el run run de mala fama del centro. "En aquellos tiempos, la masificación condujo a casos de fracaso escolar y de problemas de comportamiento. Pero eso ya quedó atrás hace años", apunta el director del IES Calvià, Jaume Balaguer, quien aporta el dato de que en los últimos cinco años el porcentaje de aprobados en selectividad se ha situado en el 98%.

Balaguer recuerda además que el 95% de los alumnos de ciclos formativos que hacen prácticas en empresas logran después un contrato laboral. Y explica que a los padres reticentes que visitan el instituto por primera vez les informa de que la ratio es "como mucho" de 22 estudiantes por aula.