­Fue una guerra cruenta que dejó huellas, pero no hubo sangre. Solo restos frutales. Mosto embarrado por todas partes de la explanada. Con motivo de la duodécima edición de la fiesta dels trepitjadors, Binissalem acogió ayer al mediodía la gran batalla de las uvas. La asistencia fue masiva una año más, con más de 2.000 personas, en su mayoría jóvenes y adolescentes con ganas de divertirse. El principal ingrediente de la fiesta fueron los racimos. Según datos de los organizadores, unas ocho toneladas fueron lanzadas y relanzadas como proyectiles durante la mañana.

A mediodía se concentraron los trepitjadors bélicos delante del Ayuntamiento. Desde la casa consistorial lanzaban cubos de agua para apaciguar el calor. Entre el público, gritos de "olelé, olalá, sa vermada és el millor que hi ha". Tras el chupinazo de rigor y el pregón –en el que hubo un recuerdo para el alcalde Jeroni Salom "que està molt fotut"–, los combatientes pusieron rumbo hacia el polideportivo. Allí les esperaban los miles de racimos de uvas. A las 12.40 daba los organizadores clavaron un cohete entre las montañas de uvas para iniciar la guerra. El momento más peligroso lo protagonizó un joven que saltó encima de las uvas antes de que estallara el petardo, que se le metió entre la camiseta. Consiguió deshacerse del cohete. El explosivo salió desviado hacia la gente, sin llegar a herir a nadie. Y como si nada hubiera pasado, el desaprensivo y el resto de la gente comenzó a lanzarse las frutas.

En seguida llegaron las primeras bajas: uvas en ojos, orejas, pelo y entre la ropa interior; camisetas rasgadas, patinazos y, sobre todo, puñados de racimos volando por encima de las cabezas. En el suelo se formó un dulce barro, fruto del mosto y la tierra. Veinte minutos después, hacia la una, los otrora valientes se retiraban sin aliento y con un color mutado.

Más fiesta por la tarde

Tras las hostilidades y una buena ducha, llegó la hora de la comida y la fiesta de los trepitjadors. Todos los asistentes lucieron la vestimenta vinícola tradicional, de riguroso blanco. El menú: un plato de los clásicos fideos de vermar. La celebración continuó durante la tarde con las actuaciones de los grupos 4L y Baix´n´Nicotina.

Hoy, a las 17.30 horas, tendrá lugar otro plato fuerte de la fiesta del vermar: el concurso de pisar uvas, en el que competirán por conseguir más mosto joven.