La crisis también pasa factura al negocio funerario. Muchos son los ciudadanos que tienen dificultades económicas y se aprietan el cinturón. Distintas empresas del sector consultadas por este periódico han explicado a este diario que siguen trabajando igual si bien adaptándose a las "circunstancias actuales de crisis".

Nofre Garcia Prohens, gerente de Pompas Fúnebres de Manacor, Parc de l´Auba, considera que "la gente se gasta menos dinero, si puede limitarse con unos mil euros no gasta tres mil, aunque hay de todo, y hay personas que sí pueden permitirse pagar más; el precio de un servicio funerario va en función de los complementos que se pongan; urnas, flores, que si el féretro de roble...".

El Parc de l´Auba acoge el único crematorio de la Part Forana. En Mallorca, además de éste existen el del cementerio municipal de Palma y el de Bon Sosec, Jardí de repòs, de Marratxí, donde el servicio lo presta también la funeraria municipal de la capital.

El cementerio privado Parc de l´Auba, estrenado en 2008 junto al camposanto municipal de Son Coletes y de estilo americano, suma unas quinientas sepulturas, de las cuales ha vendido 25o. No se descarta en el futuro ampliar el número de sepulturas. "Nuestro cementerio es laico, son unas instalaciones laicas, no apoyamos ni descartamos ningún tipo de religión", asevera Garcia Prohens, detallando que se han celebrado exequias laicas, católicas, musulmanas, anglicanas, luteranas, según las costumbres asiáticas, etc.

Un hecho comprobable es el aumento de las personas incineradas. Si en 2008 hubo 170, en 2009 se alcanzaron las 220. Este 2010 se consolidará el progresivo incremento, contabilizándose hasta 270. Sigue llamando la atención el dato de que el 80% de las personas incineradas eran de una edad inferior a los 60 años, predominando los jóvenes y extranjeros. Cabe apuntar que la religión católica no califica la incineración como un pecado. La norma eclesial expresa: "La Iglesia aconseja vivamente que se conserve la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos; sin embargo, no prohíbe la cremación, a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina cristiana".

Por 500 euros

Desde 2008, el precio en el Parc de l´Auba, con capacidad para incinerar 1.500 cuerpos al año, se mantiene: unos 500 euros. La denominada temperatura de trabajo es de aproximadamente mil grados. "En Mallorca el porcentaje de incineración puede oscilar en estos momentos entre un 25 y un 30%", cree Garcia Prohens. En España destacaría que Sevilla supera el 50% y Málaga, el 60%.

Respecto a la pregunta de porqué defendería la incineración, el gerente del Parc de l´Auba manifiesta: "La incineración es una opción muy personal. Higiénicamente es más correcta, y resulta más económico. A su vez, la incineración es para siempre, y hay libertad y disposición de cenizas, para llevarlas al domicilio particular, arrojarlas al mar (distancia mínima de 200 metros de la orilla, recomendándose una urna biodegradable que se deshace), esparcirlas en tierra firme (zonas deshabitadas) o depositarlas en el cementerio". Hay empresas que producen diamantes con los despojos, para portarlos en forma de anillos o colgantes.

Las cenizas descontaminadas no se consideran, por la normativa autonómica, restos humanos. Son materia inerte, no peligrosa para la sanidad pública. Sin embargo, se hacen distintos controles según los países, como en Alemania, con custodia a cargo de empresas funerarias.

El precio de las urnas va de 60 a 1.000 euros. Garcia Prohens reconoce que hizo un servicio funerario completo de más de 6.000 euros. "Es como el que va en un Ford Fiesta y se compra un Mercedes; hay un gran abanico de precios y depende de cada persona".

El gerente del cementerio privado de Manacor reconoce que a veces ha presenciado discusiones familiares por la decisión de incinerar, por lo que ya en más de una ocasión ha sugerido a gente que haga su testamento vital de últimas voluntades (en la web del Govern se explica cómo se hace).

Pompas Fúnebres de Manacor tiene unas 17 personas contratadas y ha firmado un contrato con el ayuntamiento de Sant Llorenç para ocuparse de los camposantos de Sant Llorenç y Son Carrió.

Toni Muntaner, del Grup Muntaner Ribot, cubre Capdepera, Artà y Son Servera. En su opinión, "la crisis afecta de manera muy relativa, hay cierta tendencia pero no es mayoritaria. De hecho, nos adaptamos prácticamente a todas las economías". El propietario de esta conocida y antigua empresa apunta que un servicio funerario completo puede tener un precio de entre 1.500 y 1.800 euros, "si bien puede rebajarse un poco más e incrementarse mucho". "Los precios son muy elásticos, eso sí, siempre en igual condiciones para todos", defiende. Sobre las incineraciones: "Van en claro aumento pero es un proceso lento".