En la carretera que une Pollença y el Port, a la altura del cruce de Cala Sant Vicenç, llama la atención la presencia de dos imponentes árboles que dominan el paisaje. Su altura y belleza impresionan, pero todavía más la historia que arrastran consigo. Son dos ejemplares de araucarias que fueron sembradas personalmente por el último alcalde republicano de Pollença, Pere Josep Cànaves i Salas, apresado por los falangistas en 1936 y fusilado dos años después a la edad de 54 años, después de un juicio en el que se condenó a muerte a 17 paisanos más.

Por este motivo, por su interés relacionado con la memoria histórica, la conselleria de Medio Ambiente tiene sobre la mesa varias propuestas de catalogación de las dos araucarias como árboles singulares, una iniciativa que el departamento estudia y ve con buenos ojos.

En un informe realizado el pasado año por un agente medioambiental, se recomienda al servicio de Protección de Especies la catalogación de los árboles porque "su ubicación las hace destacar sobre el territorio y por la historia que las acompaña, la cual está vinculada directamente con la memoria histórica". Además, el dictamen apunta que su protección supone una "oportunidad" para "adherirse con un gesto simbólico al movimiento de la memoria histórica".

Sembrados en 1928

Las dos araucarias fueron sembradas por Pere Josep Cànaves en el año 1928, cuando regresó a su Pollença natal después de un largo periplo por América, ya que a la edad de 14 años se enroló como marinero en un barco de carga con dirección a Canadá. En el continente americano, llegó a ser patrón de cabotaje en un barco que cubría la ruta Buenos Aires-Brasil.

Al volver a su tierra, Cànaves compró la casa de sa Punta y sembró las dos araucarias en el jardín que la casa tenía en su parte delantera. Según el informe medioambiental, "se sabe que pagó un duro por cada hoyo a Joan Servera". Posteriormente, Cànaves sería alcalde de Pollença por Esquerra Republicana Balear, hasta que el golpe de Estado de Franco le condujo a la prisión de Can Mir y posteriormente a la muerte.

Entre los años 1965 y 1970 se expropiaron los terrenos donde se ubican los árboles para ampliar la carretera Pollença-Port, un proceso que dejó a las araucarias justo al lado de la carretera, pasando a ser propiedad del Consell.

El caso de las dos araucarias sembradas por Cànaves ha llamado la atención de la asociación Memòria de Mallorca, cuya presidenta, Maria Antònia Oliver, ha solicitado por carta al conseller de Medio Ambiente, Biel Vicens, la catalogación de los dos árboles.

Según Memoria Histórica, la protección de las araucarias "es un paso importante hacia la conservación del patrimonio natural de Balears y, al mismo tiempo, para recuperar y conservar, en parte, la memoria y la obra política de quien fue un servidor público elegido democráticamente, ilegalmente apresado y juzgado como tantos otros ciudadanos de Balears por haber sido fiel a los principios democráticos encarnados en la segunda República".

Cànaves fue fusilado el 28 de enero de 1938. Según el historiador Llorenç Capellà, "Cànaves tenía que morir precisamente por ser el alcalde" de un municipio, Pollença, que tras el golpe de Estado se mantuvo fiel a la República.