La carrera por albergar el proyecto de parque temático ambientado en los primeros años del cristianismo pierde algunos de sus candidatos. La promotora de la iniciativa, Sigma, ha desechado de forma definitiva las propuestas de Capdepera y Alcúdia, y sigue barajando las opciones de Bunyola, Calvià y ses Salines, sin descartar otras localizaciones.

Como explica el relaciones públicas de la compañía, Jorge Borrell, el solar propuesto por el municipio gabellí se ha descartado por la inestabilidad que presentaba el terreno, un antiguo vertedero en Son Barbassa que los responsables de Sigma consideran no apto para acoger la infraestructura, que ya funciona en Buenos Aires (Argentina) y en Orlando (Estados Unidos).

En el caso de Alcúdia, se trata de una opción desestimada, detalla Borrell, porque los terrenos que se habían presentado no eran lo suficientemente grandes para el parque temático.

Una de las parcelas barajadas se situaba al lado del actual parque Hidropark.

Inversión millonaria

La inversión aproximada de la infraestructura, apuntan los responsables de Sigma, ascendería a más de 20 millones de euros e implicaría la creación de aproximadamente unos 550 puestos de trabajo permanentes.

El número de visitantes previstos, agrega, rondaría las 60.000 personas al mes. Los jefes de la empresa matriz, que desarrolló primero el concepto en Buenos Aires, no quieren que la tramitación del proyecto se retrase más de un año.

Por eso, consideran prioritario cerrar pronto la ubicación del solar, para comenzar cuanto antes en el Consell de Mallorca los trámites para lograr la declaración de interés general.

El de la Tierra Santa no es exactamente un parque temático al uso con atracciones donde montarse. En cambio, basa su atractivo en la cuidada ambientación de los primeros años de la era cristiana.

Tomando como referencia la estructura del parque ya existente en Buenos Aires, éste cuenta con espectáculos de luz y sonido que recrean el origen de la vida en la Tierra o La Última Cena de Jesús con sus apóstoles.

También ofrece una recreación del emblemático Muro de los Lamentos y un pesebre animado con capacidad para 400 personas.

Además, tiene restaurantes con nombres de resonancias bíblicas, como El Arca de Noé, y tiendas de recuerdos.