En abril de 2007, el ministerio de Medio Ambiente denegó el permiso para hundir la fragata Baleares en las Islas Malgrats, en Santa Ponça. La dirección general de Costas alegó que el hundimiento implicaría una "fuente puntual de contaminación", además de comportar la "alteración del estado ecológico" de la zona, al suponer la "incorporación de 4.000 toneladas de acero" al mar.