El Dijous Bo es un referente para adquirir los productos típicos de otoño. Ayer los hubo a precios realmente asequibles y merced a ello se vio a mucha gente con bolsitas de níscalos. Diferente suerte tuvieron los vendedores de olivas. Se quejaban del escaso volumen de negocio.

Es especialmente destacable que los níscalos (esclatasangs en catalán) autóctonos (lactarius sangifluus) se ofrecían a 25 euros el kilo. Eso significa un 50% menos del precio al que iban hace tan solo una semana. Por contra, los níscalos importados de Ávila o Toledo se vendían a 8 y 9 euros. Estos otros níscalos son de la especie más corriente en la península, el lactarius deliciosus.

Junto a los níscalos, se podían encontrar aún otras setas que precisan un tiempo más cálido como los rebozuelos (picornells, en catalán) o las setas de cardo. Alguno de los vendedores explicaba que "se debe a que prácticamente no ha hecho frío aún. Si hay humedad y relativa buena temperatura, los ´picornells´ siguen saliendo en los encinares". Los rebozuelos iban a unos ocho euros el kilo.

Las castañas y las nueces son otro de los productos típicos de estas fechas. Ayer, se vendían a una media de 4,5 y 5,50 euros, respectivamente.

En plena campaña de elaboración de aceite hay mucha oliva disponible para la venta en verdeo. Los feriantes las ofrecían ayer a precios que oscilaban entre dos y cuatro euros el kilo. Alguno de ellos incluso las partía con ayuda de una máquina manual para que el cliente solo tuviera que salarlas a su gusto.

En cuanto a las preparadas destacaron las tradicionales olives trencades, que se ofrecían a unos siete euros el kilo, y las pansides, que llegaban a los nueve euros.

Uno de los mercaderes destacó que nunca había visto un Dijous Bo con tanto desánimo por parte de los compradores. "He vendido olives pansides por cuartos en lugar de por kilos. Y es que la gente no tiene dinero", se lamentaba. Otro de los vendedores, propietario de Aceitunas Pericàs, destacaba que "en esta ocasión no se ha sacado casi para gastos. Ha sido uno de los Dijous Bo con menos ventas desde que tengo memoria".

Joan Raiet, de Caimari, destacó que lo que más había vendido eran arenques en salazón "pues son baratos", dijo.

La mayoría de puestos de productos otoñales se instalaron en la calle Garroves y en parte de la de Jaume Armengol. También los hubo en la zona de la avenida de Lluc.