Y al final lució el sol. El buen tiempo, históricamente, ha sido sinónimo de masificación en el Dijous Bo de Inca. Ayer no fue una excepción. El día apacible, e incluso caluroso en algunos momentos, atrajo a decenas de miles de personas a la feria de ferias. Según el Ayuntamiento, el número de visitantes puede cifrarse en 200.000, repartidos entre la jornada del miércoles y, sobre todo, la de ayer. Toda la isla de Mallorca estuvo representada en las calles de Inca, convertidas en un gran escaparate del estilo de vida isleño. De su presente y de su pasado, recreado en un ´mercat pagès´ que este año ha ganado en número de expositores y avanza hacia su consolidación definitiva.

A pesar de la gran animación callejera, muchos de los vendedores coincidieron en afirmar que el beneficio de este año ha sido "muy inferior" al de la pasada edición. La crisis sigue pasando factura y el Dijous Bo ejerce de buen termómetro para calibrar el afán consumista del público. "Mucha gente y pocos euros", fue la precisa síntesis de uno de los vendedores.

El Dijous Bo 2010 abrió oficialmente las puertas a las diez de la mañana, hora que marcó la apertura de las principales muestras comerciales y del ´mercat pagès´. También a esa hora se concentraron las autoridades frente al Ayuntamiento. La presidenta del Parlament, Aina Rado; el delegado del gobierno, Ramón Socias; la presidenta del Consell, Francina Armengol; y los consellers Jaume Carbonero y Francesca Vives fueron algunos de los representantes políticos que acompañaron al alcalde Rafel Torres y el resto de regidores municipales en el itinerario por el recinto ferial. Numerosos alcaldes de la comarca y dirigentes de partidos como José Ramón Bauzá (PP) o Biel Barceló (PSM) completaron el elenco político.

La zona de la ciudad que más gente concentraba era el eje situado entre la plazas del Bestiar, Mallorca y España. En la primera, los grandes protagonistas fueron los animales. Se formaron grandes colas para observar de cerca a los ´porcs negres´, los caballos y asnos autóctonos y las aves exóticas. También aquí se realizaron demostraciones de doma de caballos y de trillar el grano en una era improvisada. En la plaza Mallorca, lo más visitado fue la coca gigante de cuarto, que a partir de mediodía empezó a distribuirse entre los visitantes hasta que se agotaron las 25.000 porciones preparadas. En esta plaza se situaron los estands de los principales medios de comunicación, entre los que estuvo presente DIARIO de MALLORCA. Las exposiciones ornitológicas fueron lugar de encuentro para aficionados y público general.

La plaza de España, el espacio de las flores y las plantas, fue un punto de partida para visitar el resto de la feria, cuya oferta comercial es la más variada de Mallorca. Los productos gastronómicos y de temporada se concentraban básicamente en el ´mercat pagès´, reconocible por la estética de las paradas y por los trajes ´a l´ample´ que vestían los vendedores. Sin duda, fue la zona más visitada del día.

Las grandes arterias como la Gran Vía Colón y la Avenida Reis Catòlics expusieron maquinaria agrícola, barcos de recreo, empresas especializadas en diversas actividades tanto agrícolas como industriales y muestras de coches. La plaza Llibertat fue el lugar escogido para la muestra de comercios. En definitiva, fue un Dijous Bo "de pinyol vermell", en palabras del regidor de Fiestas, Felip Jerez.