El histórico y catalogado edificio conocido como el antiguo hospicio-hospital de Felanitx (que data de 1901) necesita una reforma integral por graves deficiencias estructurales: grietas, goteras, humedades, falta de consolidación, rampas inadecuadas, etcétera.

Con capacidad para unas 52 personas, ahora acoge 28. Desde hace dos años no entra ningún usuario nuevo como medida de prevención, pues el perfectamente visible mal estado del inmueble y la complejidad que comportaría un traslado de los residentes ante una posible salida obligada por los riesgos, así lo aconsejan.

El personal laboral

El hospicio-hospital se halla dentro de la ciudad, junto a la escuela Sant Alfons, cerca de la plaza Pax. Da a las calles Hospici, Sant Alfons y Pou de la Vila. Sus patronos son la parroquia de Sant Miquel, el ayuntamiento de Felanitx y las Germanes de la Caritat. La directora del centro es Antònia Valriu. Respecto a personal contratado hay 17 personas. Monjas de la Caritat solo quedan dos.

A los problemas de déficit económico (aseguran que hay números rojos), hay que añadir también que se constata un serio peligro de pérdida patrimonial de un edificio con detalles arquitectónicos de valor. En esta línea, también se lamenta una evidente infrautilización. El deseo expreso sería aprovechar también el centro para actividades socioculturales, además de hospicio, y adaptar una parte como pisos tutelados para gente con problemas de salud mental.

En la anterior legislatura se planteó una ambiciosa reforma, de cara a reconvertir el inmueble en una gran residencia y centro de día. No obstante, no se comprometió ninguna partida. En la actual legislatura, según la concejala de Servicios Sociales, Apol·lònia Rotger (PP), aún no se ha conseguido que ni la conselleria de Vivienda ni la de Asuntos Sociales destinen dinero para garantizar la supervivencia del edificio o para una potenciación del servicio, objeto por cierto de frecuentes inspecciones. Sobre esto último, Rotger apunta que el Govern ahora solo es partidario de acondicionar un buen centro de día en la planta baja. "Sabemos que en esta época de crisis es complicado, aunque tenemos que hacer un esfuerzo para que este edificio no se venga abajo", defiende Rotger.

La distribución

El hospicio-hospital consta de planta baja, dos pisos y porches superiores (cobertizos). En la planta inferior hay zonas comunes, capilla, vestuarios, cocinas y ocho habitaciones. En el primer piso, habitaciones, comedor y despacho. En el segundo, más habitaciones, enfermería, sala para asistidos y terraza. Destaca a su vez el patio interior, con la campana que se depositó en el suelo por precaución.

Una parte del edificio en cuestión es más reciente, de hecho un texto reza: Gràcies a la Fundació Joan March fou construit aquest cos d´edifici l´any 1964.

Algunos usuarios llevan prácticamente toda su vida viviendo en el hospici. Cada año la tradicional danza de los Cavallets suele protagonizar una agradecida visita. Los mayores abogan por una buena y pronta restauración del servicio.