Un edificio enterrado que exhiba la riqueza arqueológica del municipio de Calvià y que funcione como centro de estudios y de divulgación. Con una gran sala de exposiciones, biblioteca, auditorio, aulas de trabajo, despachos y almacenes. Un inmueble integrado en el paisaje y en cuya parte superior se ubique una estructura que recuerda un safareig, un estanque de agua por el que se filtre la luz hacia el interior del edificio. Como una grieta.

Así han concebido los arquitectos Ramon Casanellas Massaguer, Adrià Clapés Nicolau y Francesca Neus Carbonell el proyecto ´Escletxa´, que resultó ganador del concurso de ideas para la construcción de un museo arqueológico en Calvià. En el jurado estuvieron representados el Ayuntamiento, la Fundación Calvià 2004, el Colegio Oficial de Arquitectos de Balears (COAIB), además de la arquitecta Ángela García de Paredes. Hasta el 17 de diciembre, todas las propuestas se pueden ver en la sala de exposiciones de la sede central del COAIB, situada en Palma.

Ahora está por ver si finalmente se materializa esta idea arquitectónica. Según explicó ayer Casanellas, de las conversaciones que ha mantenido con representantes municipales ha concluido que éstos ven el proyecto "como una prioridad".

Todo dependerá de la sempiterna cuestión de la financiación y de los posibles cambios políticos con las próximas elecciones. Por lo pronto, Casanellas apuntaba que, en caso de materializarse, la instalación museística se ha concebido para situarse al lado del Puig de sa Morisca, en Santa Ponça, un enclave de gran riqueza arqueológica.

"Hemos querido respetar las cuestiones paisajísticas y por eso decidimos enterrar el edificio", manifestó este profesional barcelonés, quien ha realizado este trabajo junto a dos jóvenes arquitectos mallorquines.

"Hemos procurado actuar en el paisaje como si fuera un yacimiento arqueológico en que nosotros estuviéramos actuando como hacen los arqueólogos", apunta Casanellas.