En el marco del primer día ibérico de las ciudades amuralladas que se celebraba ayer, el ayuntamiento de Alcúdia presentó en sociedad las reformas de dos de sus elementos históricos más emblemáticos: la Porta de Xara o del Moll y el bastión de Santa Maria, monumentos integrados en las diferentes murallas de origen medieval y renacentista que rodean la ciudad y que suponen una de las principales señas de identidad de la ciudad del Nord.

El proceso de restauración de los dos edificios ha permitido sacar a la luz algunos elementos que permanecían ocultos o que, en algunos casos, se desconocía incluso su existencia. Así, el restaurador Bernat Burgaya explicó que en el caso de la Porta de Xara "se han corregido algunas patologías que amenazaban la estructura y se han recuperado las escaleras que subían hasta la muralla y que permanecían ocultas". En el bastión, la principal intervención ha consistido en el desmonte del techo de hormigón que se había construido en los años 80 para evitar las humedades. Durante el proceso de restauración se encontraron las cañoneras, que estaban tapadas con mortero de cal, y que ahora permanecen a la vista.

Las obras han sido financiadas por la Agencia Balear de Calidad del Agua, que ha aportado 100.000 euros.

El acto de inauguración contó con la presencia de representantes de las diferentes instituciones implicadas en la reforma, además de una comitiva de las asociaciones de la tercera edad que realizaron una visita cultural a las murallas ayer por la mañana. El director insular de Patrimonio, Biel Cerdà, destacó "el atractivo turístico que tiene el producto cultural", mientras que el alcalde Miquel Llompart afirmó que la conservación del patrimonio histórico de Alcúdia supone una "lucha constante".